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jueves, 25 de junio de 2020

PADRE MIO


¡Oh silencio!, amado silencio.
Arrobas mi alma
y atraes la calma...
A mi interior universo.

Yo gusto del padre...
En todo momento...
¡Ah, qué placer siento!,
cuando mi fondo se abre.

¡Te amo!, en soledad...
Alma gigante,
que en olas de mar constante

penetras mi intimidad:
barres lo vago y lo frío
y unes el alma, con el Padre mío.
Añadir leyenda

(Derecho de autor Recital poético Plenitud Serena: 10-722-280 de 07/06/2018)


Elkin de Jesús Uribe Carvajal


19 de febrero de 1992



miércoles, 24 de junio de 2020

CON EL AMOR


Sentado cabizbajo sobre la almena[1],
inundada la mente de melancolía,
se traslapa[2] la alegría con la pena;
¡Oh angustia!: matas al alma mía.

¿Qué silencio ronda aquel estado
induciendo al espíritu a la derrota?,
¿te martiriza acaso algún pecado
o está ansiosa, quizás, tu alma toda?

¿Cuál incertidumbre es tu sigilo,
no crees que debes del letargo despertar?
La meditación ha llegado a punto,

iniciando entonces la hora de cambiar...
¡Oh reflexión!: expulsa al dolor!
y arróbate alma mía, con el amor.

(Derecho de autor Recital poético Plenitud Serena: 10-722-280 de 07/06/2018)


Elkin de Jesús Uribe Carvajal

29 de noviembre de 1991




[1] f. Cada uno de los prismas que coronan los muros de las antiguas fortalezas para resguardarse en ellas los defensores.
[2] tr. Cubrir total o parcialmente algo con otra cosa.

martes, 23 de junio de 2020

PLENITUD SERENA



Hace parte del recital Plenitud Serena con derechos de autor 10-722-280 de 7 de junio de 2018

Paz...
Intima del alma.
Éxtasis en haz,
al contemplar el alba.

¡Oh silencio a solas!

Meditación profunda
tenue susurrar de las olas,
calma absoluta.

Sonido insonoro.
Mente en blanco.
Cerca del poderoso:

En la tierra, el espacio
y la ecuórea[1] inmensa:
Plenitud serena.

26 de agosto de 1989










[1] adj. poét. Perteneciente o relativo al mar.

lunes, 22 de junio de 2020

ODA A LA AMADA ESPAÑA



Canto una oda
a la amada España.
Le canto…
¡Le canto con el alma!
Tierra…
De Miguel de Cervantes Saavedra:
Y su Quijote de la Mancha.
De Ramón María del Valle-Inclán:

Y su novela Tirano Banderas.
De Santiago Ramón y Cajal:
Y sus Charlas de Café.
De José María Pemán:
Y Las Musas y las Horas.
De Gabriel y Galán:
Y su poema El Ama.
De Salvador Rueda:
Y sus Cantos de la Vendimia.
De Ruy de Vivar:

Y su Cantar de Mío Cid.
De Gonzalo de Berceo:
Y Los Milagros de Nuestra Señora.
De San Juan de Cruz:
Y su cántico Espiritual.
De Santa Teresa de Jesús:
Y sus versos Nacidos del Amor de Dios.
De Fray Luis de León:
Y su comentario sobre el apocalipsis.

¡Ah!... De Francisco de Quevedo:

Y su poesía amorosa del Siglo XVII.
De Antonio Machado:
Y sus poemas musicalizados para Juan Manuel Serrat.
De Gustavo Adolfo Bécquer:
Y su poema Rimas.
Ni que hablar:
De Miguel de Unamuno:
Y su obra de sonetos.
De Juan Ramón Jiménez:
Y sus poemas Mágicos y Dolientes.
De Miguel Hernández:
Y su obra: Perito en Lunas.
De Federico García Lorca:
Y su poema del Cante Jondo.
Y así… Casi no podría cesar jamás,
pero mencionemos otros más:
Juan Ruíz, Diego Hurtado, Alfonso Álvarez, …


Y yo que me deleito con la oda:
Decirte tierra,
has parido de tus entrañas,
muchos más
que lo asolado con la guerra.
Has dado al mundo
más escritores que cosechas de castañas;
partos naturales y no cesáreas.
Mi pluma deja de ser as,
cuando de poetas he de enumerar.
De todos ellos me he abrevado yo,
¡Gracias amada España!
Porque sin ti,
habría muerto de sed.

Derecho de autor: 10-485-439 de 05/01/2015

4 de enero de 2015




domingo, 21 de junio de 2020

DIALOGO CON FLORES


Cuento poético 

Entré a un jardín florido una tarde
y la olfacción del aroma me extasió.
Una azucena de blanco celestial,
extendió sus pétalos y me acogió.
Igual que como esparce aroma el heno,
sentí abrigo de esencia en alarde
en aquella estancia de alivio ambiental.

Y me presenté ante la blanca flor:

Yo soy un lirio vestido de azul o
morado o blanco; algunas veces hiedo;
pero en otras, me parezco a ella; yo…
Soy como la primavera, soy pleno.
Ante la amposidad lozana es por
lo que me lanzo con valentía, al ruedo.

Algunos han dicho que tengo una hermana
llamada azucena; otros dicen, Lirio
de los Valles; y un hermano Muguete:
Quien sustenta el hogar, cual vertical cirio;
es médico de enfermedades cardíacas.
A la madre que está en edad anciana
jardinero le cuida como al pebete.

Muguete se alejó una vez de casa;
sin dejar huella abandonó el jardín
florido. Marchó lejos, mucho… Muy lejos,
para apropiarse de valioso botín.
No había sospecha de artes maníacas.
Tampoco presunción, pues era la basa.
Nunca mostró falencias ni nunca dejos…

Lirio de los valles, se fue, con anturio

y abandonó a su decrépita madre.
No había a quien solicitarle permiso.
Muguete que hacía las veces de padre,
ya no estaba, ocupaba otros lares;
tal vez… ¡En muy buenos o malos augurios!
Se esperaba con afán: Incauto aviso. 

Al pasar el tiempo, nació girasol
de Lirio de los Valles y de Anturio.
Girasol o Clita, enamoradora
de Apolo. Un día hubo un murmurio:
Los girasoles se volverían ángeles
y vagarían por cielo de arrebol
y del dios sería acariciadora.

La amada familia del jardín sería
deidad también. Cobijo de aquellos dioses;
había que rescatar a muguete,
pues el linaje, ascendía de roces
en toda esa magnífica amistad.
A los dioses siempre se les llama usía,
respeto que se da, para evitar gloses.

Lirio de los Valles, recorrió sin ruedos

grandes distancias, por oídas de que,
Muguete estaba en un destino fijo.
Ella se mantuvo en constante fe;
no dudó, su hermano es calidad.
pero él, estaba anegado de miedos
y se le humilló como si fuera un hijo.

Añadir leyenda
De regreso a casa conoció a Anturio
y a Girasol, y compartió su aventura:
El trofeo era venta de zacatín.
Negocio que sería de bregadura.
Si este buen negocio a él, le caló;
para la familia sería su augurio.
¡Todos a laborar en el camarín!

Y se conectó de nuevo la familia.
Avecinando otra vez a la madre.
La prole creció, Anturio se hizo parte;
Girasol, laboraría con su padre.
Lirio de los Valles que de nuevo halló
a Muguete, les ofreció su vigilia
y les llamó a unirse en su arte.

Girasol atendía el zacatín.
Era una excelente dependiente.
Cuando su padre, salió a surtir;
ingresó un individuo insolente
a la tienda, agraviando a Girasol,
comportándose como un arlequín;
apuñaló a Girasol hasta morir.

Su intención era violar, más no robar.
Dejó clavado el puñal en el corazón
de Girasol; por consiguiente, las huellas.
Estas, le trastocaron su ambición,
dejando descubrir aquel tornasol.
¡Ah!... El próspero negocio del bazar,
dejó en la familia, penas y mellas.

Llegó el alguacil y tomó el caso.
Con pasión inició investigación.
Topó las huellas, las que analizó;
¡Vaya sorpresa! La aproximación,
presumió, que sería la vecindad;
este estudio sería de tipo craso,
pues a su rivalizador prejuzgó.

Y en efecto, vecino de la siniestra,
hombre maduro y de hogar vigente
al conocer a Girasol, la violó;
porque por ella sintió amor ardiente,
alterando entre vecinos la amistad.
Su confección le subió a la palestra;
cual ejemplo, el castigo le punzó.

El logro de muguete para la prole
a trazas y restos quedó reducido.
Lo que parecía bienaventuranza,
terminó sobre las manos del bandido.
¡Tantos esfuerzos y luchas! Para nada.
Así es siempre: La lucha crece la mole,
y llega sin querer: Malaventuranza.

Y de este cuento nos queda el ejemplo,
una ocasional moraleja o enseñanza,

No porque nos levantemos más temprano,
amanece más ligero”, la acechanza
es presente en forma real o en hada,
y siempre construye, todo un acto abyecto,
como naciendo de lo oculto o arcano.

18 de julio de 2015



sábado, 20 de junio de 2020

COLOMBIA: VIDA, PASION Y GLORIA


Se gesta en el vientre de la madre patria:

Ira, lujuria, droga, muerte, persecución... Tormento.
Emergen de sus senos rayos que son huella de bala
y de la historia de Colombia: La era está pariendo.

¡Oh siglo veinte! de muerte has herido
y clavada en una cruz mortificada
tu hija Colombia la que humillada ha nacido,
para que sus hijos se alejen dándole la espalda.

Y grandes sufrimientos ella goza
en el tormentoso hálito del camino
y aunque la mustia violencia queja le ha causado,

se irgue imponente para erigir lo pasado,
obligando a los suyos al remedio punitivo
haciendo de Colombia: Vida, pasión y gloria.

18 de septiembre de 1990


viernes, 19 de junio de 2020



PENSAMIENTO

Mi juventud recorre cascadas de pensamientos.
Mi alma gime sola en las noches de soledad.
Mi acento, de voz un poco lánguida,
se estremece a lo lejos como la triste obscuridad...
¡Qué horror siento los velos
que cubren locamente tu celo angelical...!
Cuando en noches calladas vislumbran los luceros
y ese aquel tu pelo que acaricié una tarde;
ya no lo palpo... Ya no está...

Qué triste son las notas de amarga ensoñación.
Que lenta; qué tardía... que locas son las cosas
que quiero en el instante para mi inspiración.

Sentirte entre mis brazos, ¡Qué odisea!
Besar esos tus labios, guiñar aquellos ojos,
palpar aquellos senos y…
Y con loco desvelo mirarte locamente,
Llevándote en el alma, como sin igual presea.

Sí pudiera hacer que tú me amaras...
Sí pudiera hacer que embelesada me besaras...
Sí pudiera hacer que la amistad se desatara...
Cuán rápido correría hacia el jardín de la vieja casa,
Cortaría caricias, haría un ramo... y...
¡Sí!... y en tus brazos colocara.

Qué triste son las horas,
saber que yo te tengo y no te tengo nada.

¡Saber que soy tu dueño!, y más,
¡saber que soy tu alma!                                      
Y, sin embargo, saber que no te afanas.

Sí pudiera entrar al fondo de tu alma,
como un martillito tocaría una a una...
¡Las cuerdas que te guardan!
¡Me adueñaría de tu ser!
¡Dormiría como la sensitiva! Y...
Y cuando ya saciáramos el amor que nos elata,
Descansaríamos; pero...
Pero, los dos… Posando en la hamaca,
Rezándole a la virgen;
cultivando las ansias y esperando con dicha
el día que nos mata.

Derecho de autor: 10-722-297 de 07/06/2018

11 de enero de 1968




SENDEROS PRIMAVERALES

  Fuente Escondida Iba recorriendo senderos primaverales una tarde florida… Cuando en una fuente escondida hallé, en ensortijados de e...