
Abre tus alas palomas
y abriga con tu vientre la vida,
la que alegra:
El turpial, el jilguero y la alondra.
Acaricia tus plumas el céfiro
Ondulándolas, como al agua en el mar.
Y te sientes como un pájaro tierno
que regresa cantando a su hogar.
Currucuteas feliz la familia,
dándoles amor y migajas de pan,
que consigues al volar la campiña
donde el hombre labora en su afán
sembrando: alimentos, cariño y vida,
para cultivar al hombre cada día.
23 de Octubre de 1991