Canto
una oda
a
la amada España.
Le
canto…
¡Le
canto con el alma!
Tierra…
De
Miguel de Cervantes Saavedra:
Y
su Quijote de la Mancha.
De
Ramón María del Valle-Inclán:
Y
su novela Tirano Banderas.
De
Santiago Ramón y Cajal:
Y
sus Charlas de Café.
De
José María Pemán:
Y
Las Musas y las Horas.
De
Gabriel y Galán:
Y
su poema El Ama.
De
Salvador Rueda:
Y
sus Cantos de la Vendimia.
De
Ruy de Vivar:
Y
su Cantar de Mío Cid.
De
Gonzalo de Berceo:
Y
Los Milagros de Nuestra Señora.
De
San Juan de Cruz:
Y
su cántico Espiritual.
De
Santa Teresa de Jesús:
Y
sus versos Nacidos del Amor de Dios.
De
Fray Luis de León:
Y
su comentario sobre el apocalipsis.
¡Ah!...
De Francisco de Quevedo:
Y
su poesía amorosa del Siglo XVII.
De
Antonio Machado:
Y
sus poemas musicalizados para Juan Manuel Serrat.
De
Gustavo Adolfo Bécquer:
Y
su poema Rimas.
Ni
que hablar:
De
Miguel de Unamuno:
Y
su obra de sonetos.
De
Juan Ramón Jiménez:
Y
sus poemas Mágicos y Dolientes.
De
Miguel Hernández:
Y
su obra: Perito en Lunas.
De
Federico García Lorca:
Y
su poema del Cante Jondo.
Y
así… Casi no podría cesar jamás,
pero
mencionemos otros más:
Juan
Ruíz, Diego Hurtado, Alfonso Álvarez, …
Y
yo que me deleito con la oda:
Decirte
tierra,
has
parido de tus entrañas,
muchos
más
que
lo asolado con la guerra.
Has
dado al mundo
más
escritores que cosechas de castañas;
partos
naturales y no cesáreas.
Mi
pluma deja de ser as,
cuando
de poetas he de enumerar.
De
todos ellos me he abrevado yo,
¡Gracias
amada España!
Porque
sin ti,
habría
muerto de sed.
Derecho de autor: 10-485-439 de
05/01/2015
4
de enero de 2015
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