
Este amanecer lúgubre decembrino
Matizado por nubes grises negruzcas,
Colmando el cielo se abarrotan
Para no dar el paso al firmamento
Azulado, que a diario nos tiene acostumbrados.
Un ígneo resplandor, tímido por cierto,
Intenta colorear el aura de las nubes;
Y aunque el alba divisase al horizonte,
Deja la estela…, demasiado lúgubre.
No ha cuarteado el tiempo…
Y aquel aniversario del Divino Jesús
En temporal de agua habrá de celebrarse.
Colombia solicita:
¡Oh Rey de las naciones!
¡Oh Rey de corazones!
Atestarnos cada día de favores.
Medellín, 16 de diciembre de 2010