Buscar este bloghhttps://www.canticoprimaveral.blogspot.com

sábado, 24 de marzo de 2012

DIOGENES A. ARRIETA


Nace en San Juan de Nepomuceno en el departamento de Bolívar, el 14 de agosto de 1849y muere en Caracas en 1889. Hizo estudios primarios en su pueblo natal, los segundarios en Cartagena y Barranquilla, y los profesionales de Jurisprudencia en la Universidad Nacional y el colegio El Rosario.

De amplios estudios históricos, filosóficos y lingüísticos, que le permitieron en compañía con Miguel Antonio Caro, Rufino José Cuervo, Rafael Reyes, Rafael María Carrasquilla, Jorge Isaac, Marco Fidel Suarez, Juan de Dios Uribe, José María Vargas y Arturo José Restrepo, producir la Constitución de 1886.

Colaboró con los siguientes periódicos: “El Tolerante”, “La Opinión Liberal”, “El Elector Popular”, “La Política y la Nueva Alianza” y “La Federación”. En Caracas fue Redactor – jefe de “El Siglo”.

Su Obra: Ensayos Literarios, Colombianos Contemporáneos, Discursos, Poesías, La Regeneración, El Congreso colombiano de 1878, ensayo Biográfico sobre el Dr. Juan Pablo Rojas Paul y Recuerdos de Venezuela.

Ocupó los cargos: Diputado y Presidente de la Asamblea de Cundinamarca, Secretario de Gobierno y Hacienda del mismo departamento, Secretario de Instrucción Pública de Santander, Secretario del Senado, Senador por Cundinamarca y por Santander, Profesor de Filosofía e Historia Universal en la Universidad Nacional de Colombia. En Venezuela fue representante al Congreso, Ministro de Fomento y miembro de la Academia de Historia.

Como poeta tuvo la inspiración de los grandes cantores del romanticismo francés y la inspiración de un hijo legítimo de Apolo. En su poesía se nota la influencia de Núñez de Arce, Víctor Hugo, Bécquer y Bernardino de Saint-Pierre.

Expresa en la introducción que hace en su libro de poesías: “Este libro no es para aquellas personas que han vivido al pie de los altares, con la rodilla en la tierra y los labios llenos de invocaciones religiosas. Es un libro de lucha reñida con el despotismo religioso y filosófico de las escuelas ultramontanas.”

En 1865 sale de su tierra natal, a hurtadillas, por relaciones amorosas con su prima Conchita Bustillo Castrillón –su primer amor-. En camino al forzado exilio, en la loma “la Peñata”, Arrieta divisa su tierra natal e irrumpe en llanto y se inspira:

Desde el camino, al coronar el monte,
volví a mirar: desierto el horizonte
y triste estaba y me senté a llorar…
Mientras en el jardín, hoy ya sin flores,
donde nacieron “ay” nuestros amores
llorabas tú también sin sollozar.

Adán y Eva al dejar el paraíso
salieron juntos; el destino quiso
dejar consuelo al perseguido amor.
Niña, más duro fue nuestro destino:
Yo te llamaba solo en mi camino
Tu me llamabas sola en tu dolor.

Y Adán por su pasión fue delincuente:
Y mi amor para ti, siendo inocente,
castigo más tremendo mereció.
Del hombre, ser pequeño y miserable,
la cólera es más fiera e implacable
que la justicia y cólera de Dios.

Cinco años después, regresa graduado en Derecho y la encuentra casada, rememora el bardo toda la historia de esa pasión contrariada:

Hoy en la soledad de tus congojas
con llanto amargo, reprimido, mojas
las cortinas del lecho conyugal.
Y te consume, al par que te atormenta,
esa tisis del alma, fiebre lenta
que tiñe el rostro de color mortal.

La miel de tu himeneo son las penas;
Y esos eternos lazos son cadenas
que tu llanto jamás podrá romper,
y el lecho de tu esposo donde a solas
te acaricia, es el ara en que le inmolas
resignada, tu afecto a tu deber.

Ven a mis brazos, pues a tus mejillas,
a tus facciones yertas y amarillas
mis labios volverán a dar calor;
y tu alma muerta vivirá tan luego
como la bañe el generoso riego
de nuestro antiguo desgraciado amor…

oh, “no”… no vengas; huye de mis brazos;
del matrimonio los eternos lazos
conserven del deber la santidad.
De tus congojas la cicuta bebe;
felicidad que a la traición se debe,
asusta la conciencia criminal.

Sufre, pues y estrecha resignada,
Al pensar en tu suerte infortunada,
de tu destino la tremenda cruz:
hay reposo después de la agonía,
huye la noche y aparece el día,
detrás de las tinieblas viene luz.

SENDEROS PRIMAVERALES

  Fuente Escondida Iba recorriendo senderos primaverales una tarde florida… Cuando en una fuente escondida hallé, en ensortijados de e...