Se opuso a la política de alianza de los reyes de Judá con
los imperios extranjeros; y por el contrario, a realizarlas con Yahvé, para
salvar la ciudad, la cual se logró.
Como poeta, su obra fue de estilo brillante, preciso,
armonioso y novedoso. En “cantos del Siervo”(*) compuesta de cuatro partes,
todas ellas en tercera persona, que aduce fueron escritas por sus discípulos;
excepto, la tercera que está considerada escrita por el mismo en forma
autobiográfica.
En la obra de Isaías, los críticos han concluido que tiene
tres clases de Isaías:
El Primer Isaías, el histórico, en donde se muestran su
vocación y la preocupación por la realidad concreta de su pueblo.
El Segundo Isaías, el profético, persona fervoroso y
optimista, con una profunda fe en Dios como señor de la historia. Solidario con
el pueblo que sufre los arrebatos políticos. Como teólogo, conocedor de las
tradiciones proféticas y teológicas de su pueblo. Abierto al mundo religioso y
cultural de su entorno.
El Tercer Isaías, es el de la formación de un pueblo de
justos que agraden y sirvan a Dios.
La obra de Isaías de Judá es muy amplia, aquí tenemos en
cuenta dos poemas:
CANTO A NOMBRE DE UN AMIGO
Voy a cantar en nombre de mi amigo
un canto de amor a su viña.
Mi amigo tenía una viña en fértil collado.
La entrecavó, la descantó, y plantó buenas cepas;
construyó en medio una atalaya y cavó un lagar.
Y esperó que diese uvas, pero dio agrazones.
(*) CANTOS DEL SIERVO DE DIOS
Canto # 1
ISAÍAS 42.
1
Aquí
está mi siervo, a quien sostengo,
mi elegido, en quien me deleito.
He puesto en él mi espiritu
para que traiga la justicia a todas las
naciones.
2
No
gritará, no levantará la voz,
no hará oir su voz en las calles,
3
no
acabará de romper la caña quebrada
ni apagará la mecha que arde débilmente.
Verdaderamente traerá la justicia.
4
No
descansará ni su ánimo se quebrará,
hasta que establezca la justicia en la
tierra.
Los países del mar estarán atentos a sus
enseñanzas.
5
Dios,
el Señor, que creó el cielo y lo extendió,
que formó la tierra y lo que crece en ella,
que da vida y aliento a los hombres que la
habitan,
dice a su siervo:
6
Yo,
el Señor, te llamé y te tomé por la mano,
para que seas instrumento de salvación;
yo te formé, pues quiero que seas señal
de mi alianza con el pueblo, luz de las
naciones.
7
Quiero que des vista a los ciegos
y saques a los presos de la cárcel,
Del calabozo donde viven en la oscuridad.
8
Yo, Yahvéh, ese es mi nombre,
Mi gloria a otro no cedo,
Ni mi prez a los ídolos.
9
Lo de antes ya ha llegado,
Y anuncio cosas nuevas;
Antes que se produzcan os lo hago saber.
|
Canto # 2
ISAÍAS 49.
1
Óiganme, países del mar,
préstenme atención, naciones lejanas:
El Señor me llamó desde antes de que yo
naciera;
pronunció mi nombre
cuando aún estaba yo en el seno de mi madre.
2
Convirtió mi lengua en espada afilada,
me escondió bajo el amparo de su mano,
me convirtió en una flecha aguda
y me guardó en su aljaba.
3
Me
dijo: Israel, tú eres mi siervo,
en ti me mostraré glorioso.
4
Y yo
que había pensado:
He pasado trabajos en vano,
he gastado mis fuerzas sin objeto, para
nada.
En realidad mi causa está en manos del
Señor,
mi recompensa está en poder de mi Dios.
5
He
recibido honor delante del Señor mi Dios,
Pues él ha sido mi fuerza.
El Señor, que me formó desde el seno de mi
madre
para que fuera su siervo,
para hacer que Israel, el pueblo de Jacob,
se vuelva y se una a él,
6
dice
así:
No basta que seas mi siervo
solo para restablecer las tribus de Jacob
y hacer volver a los sobrevivientes de
Israel;
yo haré que seas la luz de las naciones,
para que lleves mi salvación
hasta las partes más lejanas de la tierra.
7
El
Señor, el redentor, el Dios Santo de Israel,
dice al pueblo que ha sido totalmente
despreciado,
al que los otros pueblos aborrecen,
al que ha sido esclavo de los tiranos:
Cuando los reyes y los príncipes te vean,
se levantarán y se inclinarán delante de ti
porque yo, el Señor, el Dios Santo de
Israel,
te elegí y cumplo mis promesas.
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Canto # 3
ISAÍAS 50.
4
El
Señor me ha instruido
para que yo consuele a los cansados con
palabras de aliento.
Todas las mañanas me hace estar atento
para que escuche dócilmente.
5
El
Señor me ha dado entendimiento,
y yo no me he resistido
ni le he vuelto las espaldas.
6
Ofrecí mis espaldas para que me azotaran
y dejé que me arrancaran la barba.
No retiré la cara de los que me insultaban y
escupían.
7
El
Señor es quien me ayuda:
por eso no me hieren los insultos;
por eso me mantengo firme como una roca,
pues sé que no quedaré en ridículo.
8
A mi
lado está mi defensor:
¿Alguien tiene algo en mi contra?
¡Vayamos juntos ante el juez!
¿Alguien se cree con derecho a acusarme?
¡Que venga y me lo diga!
9
El
Señor es quien me ayuda.
¿Quién podrá condenarme?
Todos mis enemigos desaparecerán
como vestido comido por la polilla.
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Canto # 4
ISAÍAS 52, 13 - 53, 12.
52, 13 Mi siervo tendrá éxito,
será levantado y puesto muy alto.
14 Así como muchos se asombraron de él al
ver su semblante,
tan desfigurado que había perdido toda
apariencia humana,
15 así también muchas naciones se quedarán
admiradas;
los reyes, al verlo, no podrán decir
palabra,
porque verán y entenderán algo que nunca
habían oído.
53, 1
¿Quién va a creer lo que hemos oído?
¿A quién ha revelado el Señor su poder?
2
El
Señor quiso que su siervo creciera como planta tierna
que hunde sus raíces en la tierra seca.
No tenía belleza ni esplendor,
su aspecto no tenía nada atrayente.
3
Los
hombres lo despreciaban y lo rechazaban.
Era un hombre lleno de dolor, acostumbrado
al sufrimiento.
Como a alguien que no merece ser visto,
lo despreciamos, no lo tuvimos en cuenta.
4
Y sin
embargo él estaba cargado con nuestros sufrimientos,
Estaba soportando nuestros propios dolores.
Nosotros pensamos que Dios lo había herido,
que lo había castigado y humillado.
5
Pero
fue traspasado a causa de nuestra rebeldía,
fue atormentado a causa de nuestras
maldades;
el castigo que sufrió nos trajo la paz;
por sus heridas alcanzamos la salud.
6
Todos
nosotros nos perdimos como ovejas,
siguiendo cada uno su propio camino,
pero el Señor cargó sobre él la maldad de
todos nosotros.
7
Fue
maltratado, pero se sometió humildemente,
y ni siquiera abrió la boca;
lo llevaron como cordero al matadero,
y él se quedó callado, sin abrir la boca,
como una oveja cuando la trasquilan.
8
Se lo
llevaron injustamente,
y no hubo quien lo defendiera;
nadie se preocupó de su destino.
Lo arrancaron de esta tierra,
le dieron muerte por los pecados de mi
pueblo.
9
Lo
enterraron al lado de hombres malvados,
lo sepultaron con gente perversa,
aunque nunca cometió ningún crimen
ni hubo engaño en su boca.
10 El Señor quiso oprimirlo con el
sufrimiento.
A continuación…Canto 4, cont.
Y puesto que él se entregó en sacrificio por
el pecado,
tendrá larga vida y llegará a ver a sus
descendientes;
por medio de él tendrán éxito los planes del
Señor.
11 Después de tanta aflicción verá la luz,
y quedará satisfecho al saberlo;
el justo siervo del Señor liberará a muchos,
pues cargará con la maldad de ellos.
12 Por eso Dios le dará un lugar entre los
grandes,
y con los poderosos participará del triunfo
porque se entregó a la muerte
y fue contado entre los malvados,
cuando en realidad cargó con los pecados de
muchos
e intercedió por los pecadores.
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