(Preparado
para ser leído en la Casa de la Cultura de Copacabana, 27 de agosto de 2016,
esta fecha fue aplazada)
Estamos
frente a un proceso maravilloso en donde por primera vez dos partes en
conflicto, la primera porque se dice ser el dueño de la democracia; y la
segunda, porque no estando de acuerdo con todo lo que la democracia ha
realizado, dicen que tienen derechos y deberes que cumplir con la patria.
¿Por
qué se inició este conflicto? respondámoslo como dice el periódico El
Tiempo.com: “No son pocas las voces que coinciden en que la desigualdad
rural fue la que llevó a que varios campesinos se armaran para confrontar al
Estado”.
Ha
sido un proceso tormentoso, pero un proceso de política nacional; quiere decir
esto, que todo lo que se ha hecho, lo que se está haciendo y lo que se hará, se
debe a una política de estado custodiada por la Constitución Nacional de
Colombia. Hubo un presidente, que otrora, extendió la mano para atraer al
salido de la democracia, regresara y se hiciera parte del proceso jurídico que
lo cobijaba. No tuvo mucho eco, porque esa parte creía que era más fuerte
militarmente que el estado debidamente constituido. Entonces apareció en la
palestra nacional un líder político que exhibió las banderas contrarias. El
pueblo conservante de su Constitución, le dio el aval, para que los guerreara.
En este proceso se fueron ocho años, y no se alcanzó el objetivo. Aparece
entonces un tercero, en procesos “non sanctus”, que aplicando a Nicolás
Maquiavelo, se une al líder que estaba pasando, para apoltronase en la silla
presidencial sin importarle la lealtad ofrecida en principio, y posteriormente
mancillada, para alcanzar su propio favor. Aquí simplemente quedaba la única
oportunidad que tiene ese proceso, indicarle al enemigo, que la fuerza pública
es más fuerte que ellos; y que por lo tanto, no les quedaba más camino sino el
de llegar a un acuerdo de paz.
Uno
de aquellos líderes se puede calificar con esta frase, proverbio mundial: “Un ego sólido de cauce”. No pude sentarlos a
la mesa, pero soy yo, el que me lo merezco.
Nadie
se merece nada, y no se lo merece, porque fue el propio estado quien dejó
desbordar ciudadanos en contra de su democracia. En principio, no se vio como
amenaza, pero cuando fueron pasando los años, ese enano se creció y tomó la
envergadura que nunca nadie se había imaginado.
Basta
simplemente con cotejar los periódicos o los artículos de la Internet, para que
los conciudadanos se den cuenta, que lo que esgrime aquel líder va en contra
del anhelo de la paz. Se ha quedado sin argumentos, y solamente, dice “no” por
decir “no”, pero no tiene la valía de reconocer que se ha equivocado y ha
inducido a muchos compatriotas a equivocarse.
El
suscribir un documento de paz, no es la paz; la paz está dentro de nosotros, es
la fuerza nuestra para desarmarnos de esa arma diabólica que es nuestra lengua y
nuestro proceder.
Hemos
abandonado la tolerancia en favor de la guerra; la disciplina en favor del
vicio; la ética en favor del enriquecimiento ilícito; y a los demás en favor
del egoísmo (nosotros mismos). Y nos hemos lanzado equivocadamente a liderar
una Nación excluyente, ladrona de la riqueza individual y colectiva, explotando
sin medida. Nos hemos bañado con la riqueza ajena y les estamos predicando a
nuestras descendencias, que es mejor ser rico que pobre, no importa lo que le pase
al otro.
En
el contexto mundial, las naciones ricas se han desbordado contra las naciones
pobres, y las han apalancado económicamente, para destruirlas. No se recapacita
en el ancestro, ese ya pasó; ahora lo que sigue es la explotación en máxima
escala.
Yo
me he repetido más de una vez, el pueblo colombiano requiere de una educación
democrática: Sobre la igualdad, sobre el trabajo en equipo y sobre el respeto a
los demás. Hay una frase mundial que la encomillo: “Al
otro lado de la autosatisfacción hay algo más: Los otros”.
Yo
también me he lamentado mucho que haya críticos del proceso de paz sin
documentarse. Dicen que es que no han publicado nada, ¡mentiras!, en la red de
Internet está todo. Basta buscarlo, leerlo, estudiarlo y compartirlo. A
continuación publico una entrevista que le realizó el periódico El Tiempo.com
al doctor Gustavo Bel, ex vicepresidente de Andrés Pastrana, actual embajador
de Colombia ante Cuba y testigo de excepción de los diálogos de paz en la
Habana.
PREGUNTA: “Críticos del proceso han dicho que
Santos se está entregado a lo que llaman el “castro-chavismo”. ¿Es así?”
RESPUESTA: “Ni más faltaba. Esas opiniones
son las que me han conducido a aceptar esta entrevista. Como soy testigo de
excepción del avance del proceso, no puedo ser indiferente a muchas opiniones.
No solamente esa, sino muchas tergiversaciones, mucha desinformación, mucha
manipulación, muchos temores infundados sobre cómo se está conduciendo el
proceso en Cuba. Considero mi deber, dice
Gustavo Bel, dar una versión mucho más objetiva del proceso
de paz y transmitir, como testigo de excepción que soy, de que el proceso no
solamente está muy bien concebido sino que está siendo dirigido por una de las
personas más brillantes que tiene el país como es Humberto de la Calle.
El proceso corrige equivocaciones de los
procesos anteriores. El presidente Santos dijo en su discurso de posesión que
había que aprender de lecciones pasadas, porque no hay manuales universales
para hacer la paz. Solamente podemos recurrir a nuestra propia historia para
corregir y llegar a un proceso con características como las del actual”.
PREGUNTA:
“¿Le pediría públicamente a Pastrana que apoyara el proceso?”
RESPUESTA: “No solamente a él, sino a todos
los colombianos. Yo no soy negociador, pero sí soy un testigo privilegiado de
lo que está ocurriendo, y puedo dar fe absoluta de que se está trabajando con
la mayor seriedad, con el mayor rigor y que no hay posibilidad alguna de que se
presenten situaciones, como se ha dicho, de que se va a entregar la soberanía
nacional, que vamos camino hacia el castro-chavismo, que esto es de espaldas al
país. ¡Ni más faltaba!”
PREGUNTA:
“¿No tienen razón de ser las dudas y el escepticismo que se han expuesto sobre
el proceso?”
RESPUESTA: “No, sin duda. Al momento actual
no se ha llegado por arte de magia. El punto de partida de este proceso es que
la superioridad militar del Estado está consolidada. Ya la vía armada no es una
opción viable, y eso es fruto de varias administraciones, de una política de
Estado que se ha realizado en varios gobiernos”.
Yo lo decía arriba, le
mostramos a la guerrilla la capacidad militar que se tenía, ellos en su
inteligencia, recapacitaron y optaron por la mejor opción que tenían en ese
instante. Lo del ELN (Ejército de Liberación Nacional), se les está demostrando
igualmente y tendrán que sentarse a tener un acuerdo con este o el gobierno que
sigue. Acordado con los dos insurgentes grandes, los otros no son un problema,
son simplemente procesos de espera y trazo de políticas nacionales de
inclusión. Sigo con la entrevista ya anunciada:
“Estamos ante una oportunidad histórica de
poner fin al conflicto y empezar a construir una paz duradera y estable. Ojalá,
si hay críticas, que sean más fundamentadas y no con algunas ligerezas que a veces
se escuchan”.
PREGUNTA:
“¿Cree que son favorables o desfavorables las condiciones actuales?”
RESPUESTA: “Hay circunstancias favorables,
como el gran apoyo de la comunidad internacional, la consolidación de la
superioridad militar del Estado y los avances logrados en muchas materias,
tanto en Colombia como en el marco de las negociaciones; la ley de reparación
de víctimas, la restitución de tierras”.
PREGUNTA: “¿Es cierto, como afirman algunos
dirigentes políticos, que se está negociando la propiedad privada, la posesión
de la tierra, la fortaleza de las Fuerzas Militares; que se están cambiando los
ejes del Estado?”
RESPUESTA: “Una cosa es lo que la gente
dice y otra es lo que está plasmado en los documentos, en los acuerdos. Por eso
estoy en esta campaña pedagógica”.
“Uribe
ha reiterado que no está contra la paz sino contra la paz con impunidad. PREGUNTA:
¿Qué opina?”
RESPUESTA: “Se lo aseguro: no va a haber impunidad”.
PREGUNTA:
“¿Están equivocados quienes se oponen al proceso de paz?”
RESPUESTA: “Están mal informados. Si leen
los documentos, les darán un espaldarazo de confianza a las personas que en
este momento están en las conversaciones con las Farc. Personas que son las más
idóneas, como Humberto de la Calle, que tiene una trayectoria y una formación
como pocos hombres de Estado, con su probidad, con visión, con la entereza y la
integridad suyas. De la Calle fue además arquitecto de la Constitución en 1991;
es un liberal y un demócrata íntegro. Está el general Jorge Enrique Mora,
responsable de la modernización de las Fuerzas Armadas y quien condujo, en su
primera fase, la seguridad democrática; está el general Naranjo, probo e
íntegro. Estuvo Luis Carlos Villegas, culto y admirable en su servicio por
Colombia. Está Frank Pearl, que fue alto consejero para la paz durante el
gobierno de Uribe. Están los demás miembros de la comisión, ejemplares
servidores del país”.
He realizado este
ejercicio, porque considero, que mi obligación es dar a conocer todo el
proceso. Yo soy de extracción Conservadora, he apoyado al presidente desde el
comienzo de las negociaciones, escribí en 1991 un poema que se llama EPIFANÍA
DE LAS PALOMAS, que hoy recobra actualidad, pues es el nacimiento de la paz.
Es un nuevo amanecer |
EPIFANÍA DE LAS PALOMAS
¿Cuánto tiempo ha sido esta historia
agraviada en la lucha y la comprensión?
A siniestra, los beligerantes hacen guerra
y a derecha, el gobierno construye la Nación.
Hijos somos todos de esta cuna;
por consiguiente, legatarios de heredar.
Son nuestros: El hábitat, la ciencia,
la naturaleza, el paisaje y el mar.
El trabajo que debe otorgarse cada día
para dignificar al hombre en su labor.
Acercarlo al entendimiento de la vida
como el matiz sagrado de cada labrador.
Nada es de nadie, pues es de todos los humanos:
del natural, de los vecinos y de los domiciliados.
Si todos al reclamar el patrimonio
sinceramos con lealtad el encomio,
haríamos nuestra, de suyo, toda esta tierra,
emprendiendo acciones de honestidad,
abandonando el blasón y la guerra
y amando al hombre en su integridad.
El campo volverá a reverdecer,
las cosechas de nuevo harían el agosto,
las minas emprenderían un crecer
de las economías de los hogares en atrofio.
Del capital obtendríamos el trabajo
y del gobierno la seguridad social.
Buscaríamos con todos el entendimiento,
empezando el coloquio inusual:
Insinuándose entonces en Colombia el descanso
de la brega, la batalla y el combate
entallecidos por la voluntad del diálogo,
fusionando de ambos bandos el lenguaje.
Y se otorgaría el ciar en las pretensiones
por el apuro, por la angustia del ánimo
que rebosa el límite de las pasiones,
cuando la democracia le puede a uno.
Y ya es tiempo de que esta bella tierra,
sus hijos, el campo, el aire y otros seres
tengan vida y sin pasión pero con gloria,
den existencia a la niña que grite: ¡Tú puedes
oh Patria Mía!: Deja la guerra en sombras.
¡Hoy eres!: La Epifanía de las Palomas.
23 de marzo de 1991
P.D. Yo no estoy de acuerdo con la forma como el ex presidente
Cesar Gaviria Trujillo se refiere al ex presidente Andrés Pastrana Arango, él
dice que Pastrana no tiene autoridad moral para hablar de la paz; pues no es así,
porque sin el proceso del ex presidente, el presidente Alvaro Uribe Vélez no hubiera
podido mostrar la fortaleza de las fuerzas militares, que es lo que permitió
que se sentaran a la mesa de conversaciones. Lo que pasa es que el doctor Uribe
calculó mal el tiempo de su proceso, o mejor se confió en que podría llegar a
un tercer mandato, situación que no se dio. El haría bien a la Patria, como
suele decirlo, apoyando este proceso en donde fue protagonista de primera línea.
Yo lo hago como una convocatoria a los doctores Pastrana y Uribe, para que
deponga su “no” por un “si” y coadyuven a implementar el proceso.
Elkin de Jesús Uribe Carvajal
CC. 3’457.778 de Copacabana Antioquia
@canticoprimaveral
Móvil: 3053331999
No debemos oscurecer el panorama, cuando ya está claro |
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