Nacida en Islas de Lobos en Canarias España, el 9 de
noviembre de 1903 (según su biógrafo más cercano: Raúl Amaral), algunos
historiadores, dan esa fecha como 1909, otros, 1897; no se tiene una fecha
cierta sobre su nacimiento; y fallece en Asunción Paraguay el 11 de enero de
1999. Su muerte ronda entre los 90 ó los 96 ó más años de edad. Se dice que su
nombre de pila fue María Josefina Teodora Pla Guerragalvani.
Hija de Leopoldo Pla y Rafaela Guerragalvani. Su
infancia la paso en España y en 1924 conoció a Andrés Campos Cervera con
seudónimo de Julián de la Herrería. Un artista de Cerámica Paraguayo con el
cual contrajo matrimonio “por poder” dos años más tarde y en 1927, llegó al
barrio Villa Aurelia y luego al centro de Asunción Paraguay para entablar su vida
marital con su marido. No se tiene datos de descendencia dejada por la pareja,
ni aún, por ella sola.
Desde su llegada a Paraguay se insinuó como poetisa,
dramaturga, ensayista, narradora, ceramista, pintora, periodista, cuentista, ceramista.
Su influencia en las artes paraguayas, fue por
antonomasia, destacada y de gran aporte a la cultura de ese país.
Cuando un poeta desarrolla otras lúdicas; tales
como, la pintura, la cerámica, la música; entre otras, está desarrollando
varios disciplinas, que le permiten ser bastante eficiente en su labor
primigenia.
Distinciones:
1977: Dama de la Orden de Isabel la Católica de
España; Mujer del Año en Paraguay.
1979: Medalla del Ministerio de Cultura de San
Pablo.
En 1981: Recibe el Doctorado Honoris Causa de la
Universidad Nacional de Paraguay.
1983: Trofeo Ollantay del Celcit por investigación
teatral en Venezuela.
Obras editadas:
1934: El precio de los sueños
1950: Una novia para Josevai
1960: La Raíz y la Aurora
1965: Rostros en el agua
Entre 1927 a 1974: Trabajó la dramaturgia: Víctima
Propiciatoria; Episodios Chaqueños; Porasy (libreto de ópera); Desheredado; La
Hora de Caín; Aquí no ha Pasado Nada; El hombre en la cruz, etc.
Bastante vasta en ediciones culturales y sociales de
Paraguay. La única instrucción que recibió fue la primaria y la secundaria en
su tierra natal; pero tan especial, que a los 18 años dominaba el francés, el
inglés, conocía de latín y traducía alemán, y su base literaria la adquirió en
una biblioteca de un hogar que valoraba el saber.
Publicó más de 60 libros, incluidas investigaciones
únicas en su género; algo más de 30 obras de teatro donde se incluye Aquí no ha
pasado nada (comedia) estrenada en 1942 cuando ganó el primer concurso de obras
teatrales del Ateneo Paraguayo. Creó grabados, murales y piezas de cerámica,
inspirados en motivos populares y técnicas indígenas. Motivó el arte nuevo en
su país adoptivo. Se le conoció dentro y fuera del país como LA DAMA DE LA
CULTURA.
En poesía mencionamos algunas: El viajero; El amor
realizado; Soy; Sueño; Amanecer; Tus Manos; Imposible; Concepción; Nadie le
Empuja; Invención de la Muerte; Las Puertas; Déjame Ser; Tan Sólo; El Soneto de
Tu Voz; etc.
SOY
Carne transida, opaco ventanal de tristeza,
agua que huye del cielo en perpetuo temblor;
vaso que no ha sabido colmarse de pureza
ni abrirse ancho a los negros raudales del horror.
¡Ojos que no sirvieron para mirar la muerte,
boca que no ha rendido su gran beso de amor!
Manos como dos alas heridas: ¡diestra inerte
que no consigue alzarse a zona de fulgor!
Planta errátil e incierta, cobarde ante el abrojo,
reacia al duro viaje, esquiva al culto fiel;
¡rodillas que el placer no hincó ante su altar rojo,
mas que el remordimiento no ha logrado vencer!
Garganta temerosa del entrañable grito
que desnuda la carne del último dolor:
¡lengua que es como piedra al dulzor infinito
de la verdad postrera dormida en la pasión!
Haz de inútiles rosas, agostándose en sombra,
pozo oculto que nunca abrevó una gran sed;
prado que no ha podido amansarse en alfombra,
¡pedazo de la muerte, que no se sabe ver!
Carne transida, opaco ventanal de tristeza,
agua que huye del cielo en perpetuo temblor;
vaso que no ha sabido colmarse de pureza
ni abrirse ancho a los negros raudales del horror.
¡Ojos que no sirvieron para mirar la muerte,
boca que no ha rendido su gran beso de amor!
Manos como dos alas heridas: ¡diestra inerte
que no consigue alzarse a zona de fulgor!
Planta errátil e incierta, cobarde ante el abrojo,
reacia al duro viaje, esquiva al culto fiel;
¡rodillas que el placer no hincó ante su altar rojo,
mas que el remordimiento no ha logrado vencer!
Garganta temerosa del entrañable grito
que desnuda la carne del último dolor:
¡lengua que es como piedra al dulzor infinito
de la verdad postrera dormida en la pasión!
Haz de inútiles rosas, agostándose en sombra,
pozo oculto que nunca abrevó una gran sed;
prado que no ha podido amansarse en alfombra,
¡pedazo de la muerte, que no se sabe ver!
DÉJAME SER
Deja llevarme mi última aventura.
Déjame ser mi propio testimonio,
y dar fe de mi propia
desmemoria.
Déjame diseñar mi último rostro,
apretar en mi oído los pasos de la lluvia
borrándome el adiós definitivo.
Déjame naufragar asida
a un paisaje, una nube,
al vuelo humilde de un gorrión,
a un brote renaciente,
o siquiera al relámpago
que abra en dos mi último cielo.
Sujétame los brazos.
engrilla mis tobillos,
empareda mis párpados.
Pero tatuada una flor en la pupila,
crucificada un alba debajo de la frente,
acurrucado un beso en la raíz de la lengua,
déjame ser mi propio testimonio.
Deja llevarme mi última aventura.
Déjame ser mi propio testimonio,
y dar fe de mi propia
desmemoria.
Déjame diseñar mi último rostro,
apretar en mi oído los pasos de la lluvia
borrándome el adiós definitivo.
Déjame naufragar asida
a un paisaje, una nube,
al vuelo humilde de un gorrión,
a un brote renaciente,
o siquiera al relámpago
que abra en dos mi último cielo.
Sujétame los brazos.
engrilla mis tobillos,
empareda mis párpados.
Pero tatuada una flor en la pupila,
crucificada un alba debajo de la frente,
acurrucado un beso en la raíz de la lengua,
déjame ser mi propio testimonio.
EL SONETO
DE TU VOZ
Blanda en mi entraña, como tibia lluvia,
beso aplastado corazón a vena;
tiembla en mis ojos, como sol en río
tañe en mis pulsos dolorida plata.
Pincel que te dibuja estremecida
rama en el agua azul de mis anhelos
pasa por mí, y se lleva mi dulzura
como un rayo de luz que fuese abeja.
Ave a quien le nací con viento y nido,
su ala sabe el curso de mi arroyo,
y en el ángulo agudo de su vuelo
-punta de corazón hiriendo en flecha-
una gota de sangre nueva siempre
recarmina las rosas del deseo.
1939
Blanda en mi entraña, como tibia lluvia,
beso aplastado corazón a vena;
tiembla en mis ojos, como sol en río
tañe en mis pulsos dolorida plata.
Pincel que te dibuja estremecida
rama en el agua azul de mis anhelos
pasa por mí, y se lleva mi dulzura
como un rayo de luz que fuese abeja.
Ave a quien le nací con viento y nido,
su ala sabe el curso de mi arroyo,
y en el ángulo agudo de su vuelo
-punta de corazón hiriendo en flecha-
una gota de sangre nueva siempre
recarmina las rosas del deseo.
1939
No hay comentarios:
Publicar un comentario