Nuestra
patria Colombia es una tierra de mestizos y de negros, descendientes de
españoles y africanos; casi que podríamos decir de una población 50 a 50 para
un cien por ciento. En consecuencia, se debe trabajar aquella parte olvidada
nuestra, la mitad, que son los negros, los descendientes del África que también
hicieron a América. Uno de los grandes representantes de este sector se llama
Jorge Artel. ¿Quién es Jorge Artel? Jorge Artel, es un seudónimo, de un
cartagenero y grande poeta de la Nación; nacido en el barrio Getsemaní en abril
27 de 1909 y muerto en Malambo, Atlántico, agosto 20 de 1994; su nombre era
Agapito de Arco. Bachiller en filosofía y letras del Instituto Politécnico de Martínez
Olier; abogado de la Universidad de Cartagena. Periodista, crítico; algunas
veces novelista; y poeta, de gaita ron y tambor; representante como Candelario
Obeso, de las negritudes colombianas.
En la obra "Antropología de la Familia Chocoana" del sacerdote J. Herbert Valencia Barco, primera edición junio de 1998 impresa en la editorial Lealon, Medellín, en la página 49 dice: La familia chocoana de hoy es efecto del mestizaje biológico y cultural de los tres grupos que poblaron el territorio o las tierras que hoy denominan el Chocó. Estos grupos son: el grupo africano o negroide, el grupo español o europeo y el grupo indígena o indio."
Cántico Primaveral ha traido este tema ( hoy enero 18 de 2014), porque lo considera de suma importancia para su lectores y seguidores. También deja constncia de la fotografía del sacerdote, del cual, pueden consultar sus diferentes obras.
Decía
Jorge Artel:
SEGURO SOY
Negro soy desde hace muchos
siglos.
Poeta de mi raza, heredé su
dolor.
Y en la emoción que digo ha de
ser pura
en el bronco son del grito
y el mono rítmico temblor
……………..
Su poesía del Caribe Colombiano, es libre, recreacionista; se adentra en la naturaleza costeña, sus espacios y motivos: El mar el puerto el viaje el otro…; el ancestro el negro el blanco el viento el rugido del mar… Todo lo que esto significa rítmicamente cantado al son del tambor y la gaita sin olvidar el ron, motivador de la fiesta.
Su
poesía es protesta es voz popular es el lenguaje de los bogas es gaitas…
AHORA HABLO DE GAITAS
Gaitas lejanas la noche
nos ha metido en el alma.
¿Vienen sus voces de adentro
o de allá de la distancia?
-De adentro y de la distancia,
¡porque aquí entre nosotros
cada cual lleva su gaita
en los repliegues del alma!
………………………………….
-¡Llenen mi copa de ron,
de ron blanco como el agua!
¡Yo quiero sentir lo mismo
que sintieron mis abuelos
cuando escuchaban las gaitas,
colmando sus noches hondas
con aguardiente de caña!
………………………………….
Cuando la estrella del alba
nos venga a bañar el rostro
y ya nos inunde a todos
fresca luz de la mañana,
compadre José Morillo:
¡entonces serán más puras
las voces de nuestras gaitas!
En sus artículos de
prensa, fue satírico; y en su poesía, orientada más que todo, al dolor la
protesta, pero con ritmo melodioso. Libros de poemas que publicó: En 1940,
Tambores en la noche; en 1972, Poemas con bota y bandera; en 1979, Sinú,
Riberas de asombro jubiloso, Coctail de Estampas, y, Antología Poética; entre
otras.
Cántico Primaveral
selecciona la poesía “Velorio del Boga Adolescente” porque en este se refleja
el fondo de su poesía como bullerengue, mapalé, cumbia; movimientos danzantes
en elipse a la orilla del mar Caribe. Es ritmo ardiente es fuerza del trópico.
VELORIO DEL BOGA
ADOLESCENTE
(A Samuel
de Sola Roncallo)
Están prendidas las
espermas:
Cuatro estrellas
temblorosas
Que alumbran su
sonrisa muerta.
Ya le lavaron la
cara,
Le pusieron la
franela
Y el pañuelo de
cuatro pintas
Que llevaba los días
de fiesta.
Hace recordar un
domingo
lleno de colores y
décimas.
O una tarde de gallos
o una noche de
plazuela.
¡Hace pensar en los
sábados
Trémulos de ron y de
juerga,
En que tiraba su
grito
Como una atarraya
abierta!
Pero está rígido y
frío
Y una corona de besos
Ponen en su frente
negra.
(Las mujeres lo
lloran en el patio,
Aromando el café con
su tristeza.
¡Hasta parece que la
brisa tiene
Un leve llanto de
palmeras!)
Murió el boga
adolescente
de ágil brazo y mano
férrea:
¡nadie clavará los
arpones
como él, con tanta
destreza!
Nadie alegrará con
sus voces
las turbias horas de
la pesca…
¡Quién cantará el
bullerengue!
¡Quién animará el
fandango!
¡Quién tocará la
gaita
en las cumbias de
Marbella!
Lloran en llanto de
cera
las estrellas
temblorosas
que alumbran su sonrisa
muerta.
¡Mañana, van a
dejarlo,
bajo cuatro golpes de
tierra.
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