Inició a escribir poesía a los 11 años: “A las Acacias en Flor”, “Tú me crees de piedra”, “El Regalo de la Lluvia”, “Promesa”, “Cadena”.
Admiró a
las poetisas suramericanas: Juana de Ibarbourou, Gabriela Mistral, Alfonsina
Storni y Delmira Agustini; así mismo, a Amira de la Rosa. No obstante, lo hizo
también con Pablo Neruda, Aurelio Arturo, Gustavo Adolfo Bécquer, Raúl Gómez
Jattin, Miguel Iriarte y Miguel de
Cervantes.
Estudió en el
Conservatorio Pedro Biava de Barranquilla, su tierra natal; donde luego fue
profesora de arte y literatura, cimientos alcanzados en Roma Italia. La
universidad Atlanticense le otorgó el doctorado “Honoris Causa” en letras. Fue
miembro de la Academia Colombiana de la Lengua, Dirigió la Biblioteca Pública
del Atlántico durante 36 años, la cual en la actualidad lleva su nombre;
miembro del Centro Artístico de Barranquilla, de La Comisión Interamericana de
Mujeres, del club Zonta de Mujeres Profesionales y Ejecutivas, y de la Sociedad
de Mejoras Públicas.
Su obra se contiene
en los siguientes libros entre otros: Alguien pasa, Sitio del Amor, Huésped sin
Sombra, Alba del Olvido, Verdad del Sueño, Laud Memorioso, Secreta isla,
Reencuentro.
Revistas
cubanas publicaron sus primeros poemas. Su poesía se caracteriza por su sensualidad.
Algunos poemas: Corazón, Soneto Marinero, Verde Mar, Soneto en Vano, Muerte
Mía, Romance de Barranquilla, Mediodía, Ofelia, Nueva Presencia, Raíz Antigua,
Canción Lejana, Elegía de Leyla Kháled,
etc.
Tres
poemas de Meira del Mar:SONETO MARINERO
Digo tu nombre, mar, tu nombre ardido
de soles y de júbilo creciente,
y el corazón enamorado siente
más clara la presencia del latido.
Velero que navega repetido
por los quietos espejos de la frente,
regresa tu paisaje lentamente
como si retornara del olvido.
Y surge tu comarca marinera
con una trashumante primavera
de espumas en la mano de cristal.
Y tu voz de colores, y tu alada
corona de blancura trabajada
en gaviotas y pétalos de sal.
de soles y de júbilo creciente,
y el corazón enamorado siente
más clara la presencia del latido.
Velero que navega repetido
por los quietos espejos de la frente,
regresa tu paisaje lentamente
como si retornara del olvido.
Y surge tu comarca marinera
con una trashumante primavera
de espumas en la mano de cristal.
Y tu voz de colores, y tu alada
corona de blancura trabajada
en gaviotas y pétalos de sal.
SONETO EN VANO
(Del
libro Reencuentro) ¿A dónde iré que no me alcance el vuelo
de tu mirada que en azor se muda,
y la noche de sueños me desnuda
con el brillo quemante del desvelo?
¿En qué sitio del aire, el mar, el cielo,
encontrará mi corazón ayuda,
la clara mano que mi mal acuda
y en dulcedumbre me convierta el duelo?
La frente pensativa me rodeas
de lejanas memorias. Me recreas
los rostros del amor enceguecido.
Y es inútil que huya de tu acecho
si te oigo vivir dentro del pecho
con la vida sin muerte del olvido.
MUERTE MÍA
(Del
libro Secreta isla)
La muerte no es quedarme
con las manos ancladas
como barcos inútiles
a mis propias orillas,
ni tener en los ojos,
tras la sombra del párpado
el último paisaje
hundiéndose en sí mismo.
La muerte no es sentirme
fija en la tierra oscura
mientras mueve la noche
su gajo de luceros,
y mueve el mar profundo
las naves y los peces,
y el viento mueve estíos,
otoños, primaveras.
¡Otra cosa es la muerte!
Decir tu nombre una
y otra vez en la niebla
sin que tornes el rostro
a mi rostro, es la muerte.
Y estar de ti lejana
cuando dices "La tarde
vuela sobre las rosas
como un ala de oro".
La muerte no es quedarme
con las manos ancladas
como barcos inútiles
a mis propias orillas,
ni tener en los ojos,
tras la sombra del párpado
el último paisaje
hundiéndose en sí mismo.
La muerte no es sentirme
fija en la tierra oscura
mientras mueve la noche
su gajo de luceros,
y mueve el mar profundo
las naves y los peces,
y el viento mueve estíos,
otoños, primaveras.
¡Otra cosa es la muerte!
Decir tu nombre una
y otra vez en la niebla
sin que tornes el rostro
a mi rostro, es la muerte.
Y estar de ti lejana
cuando dices "La tarde
vuela sobre las rosas
como un ala de oro".
La muerte es ir borrando
caminos de regreso
y llegar con mis lágrimas
a un país sin nosotros
y es saber qué pregunta
mi corazón en vano
por tu melancolía
Otra cosa es la muerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario