Su obra fue de estilo narrativo, mezcla de drama, romance y sátira.
Influyó en las figuras literarias de Gógol, Dostoievski, Tolstoi y Tiúchev; así
como en los compositores musicales Tchaikovski y Músorgski.
Sus primeros poemas románticos de influencia de la Rusia contemporánea y
de la poesía francesa de los siglos XVII y XVIII, fueron publicados en la
revista Vestnik Evropy.
En 1820 se publica el poema romántico Ruslán y Liudmila (en ruso Руслан
и Людмила). Es un cuento épico de hadas,
compuesto de seis cantos y un epílogo. Es la narración de una historia: El
rapto de la hija del príncipe Vladimir de Kiev, por un malvado mago y los
esfuerzos por rescatarla del valiente caballero Rúslan.
En 1817 en San Petersburgo participo de un cirulo literario
convertido en un grupo político clandestino.
También formó parte de “La Luz Verde”, movimiento de oposición al
Zarismo. Sus poemas “La Libertad” y “El Pueblo” llamó la atención de los
servicios secretos Zaristas y lo confinaron en Ucrania y luego en Crimea, donde
compuso varios de sus principales poemas: “El Prisionero del Cáucaso” 1822;
“Los hermanos bandoleros” 1821-1822; “la fuente Bakhcisarai 1824; entre 1823 y 1831
escribió la novela en verso “Yevgeny Onegin”.
En 1831
contrajo matrimonio con Natalia Goncharova. Escribió sus últimas obras en
prosa: En 1833 El caballero de bronce; en 1836 La hija del capitán; Poltava en
1829; Relatos de Belkin en 1830. Murió joven (38 años) a consecuencia de las
heridas sufridas en un duelo. Fue considerado el padre de la lengua literaria y
el fundador de la literatura moderna Rusa.
DEL
CÉFIRO NOCTURNO...
Del
céfiro nocturno
éter fluye.
Bulle,
huye
el Guadalquivir.
Salió la luna dorada,
¡silen...! ¡chis!... guitarra al son.
La española enamorada
se ha asomado a su balcón.
Del céfiro nocturno
éter fluye.
Bulle,
huye
el Guadalquivir.
¡Quítate, ángel, la mantilla!
¡Cual claro día muéstrate!
¡Por la férrea barandilla
enseña el divino pie!
Del céfiro nocturno
éter fluye.
Bulle,
huye
el Guadalquivir.
éter fluye.
Bulle,
huye
el Guadalquivir.
Salió la luna dorada,
¡silen...! ¡chis!... guitarra al son.
La española enamorada
se ha asomado a su balcón.
Del céfiro nocturno
éter fluye.
Bulle,
huye
el Guadalquivir.
¡Quítate, ángel, la mantilla!
¡Cual claro día muéstrate!
¡Por la férrea barandilla
enseña el divino pie!
Del céfiro nocturno
éter fluye.
Bulle,
huye
el Guadalquivir.
COMO FUI EN OTRO TIEMPO, ASÍ SOY AHORA...
Tel j'étais autrefois et el je suis encore
André Chenier
Como fui en otro tiempo, así soy ahora,
descuidado, amoroso. Bien sabéis, mis amigos,
si puedo una belleza mirar sin conmoverme,
sin tímida ternura, sin emoción secreta.
¿Jugó poco el amor, acaso, en mi existencia?
¿Bastante no luché cual joven gerifalte
en la red traicionera tendida por la Cipria?*
Pero aún no escarmentado por centenas de ofensas,
ante otros nuevos ídolos elevo mis plegarias...
Todo lo sacrifico a tu memoria...
Todo lo sacrifico a tu memoria:
los acentos de la lira inspirada,
el llanto de una joven abrasada,
el temblor de mis celos. De la gloria
el brillo, y mi destierro tenebroso,
lo bello de mis claros pensamientos
y la venganza, sueño tormentoso
de mis encarnizados sufrimientos.
Yo la amé...
Yo la amé,
y ese amor tal vez,
está en mi alma todavía, quema mi pecho.
Pero confundirla más, no quiero.
Que no le traiga pena este amor mío.
Yo la amé. Sin esperanza, con locura.
Sin voz, por los celos consumido;
la amé, sin engaño, con ternura,
tanto, que ojalá lo quiera Dios,
y que otro, amor le tenga como el mío.
1829
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