Se inicia escribiendo poesía para los periódicos de
Uruguay, especialmente el periódico La Razón. En 1919 publica: Las lenguas de
diamante: … Bajo la luna-cobre,
taciturnos amantes,/ con los ojos gimamos, con los ojos hablemos./ Serán
nuestras pupilas dos lenguas de diamantes/ movidas por la magia de diálogos
supremos.; 1920: El libro en prosa: Cántaro Fresco y en 1922: Raíz Salvaje:
… ¡Ay, quisiera llevarte conmigo/ a
dormir una noche en el campo/ y en tus brazos pasar hasta el día/ bajo el techo
alocado de un árbol!...
En su trabajo se observa poesía modernista, la
influencia de Rubén Darío de Juan Ramón Jiménez, pero en su propio estilo.
Le canta al amor a la maternidad a la naturaleza a
la belleza física. En 1929: En el Palacio Legislativo de Uruguay, en ceremonia
presidida por el poeta Uruguayo Zorrilla de San Martín, con la participación
del Mexicano Alfonso Reyes, y con la rúbrica del Colombiano: José Vargas Vilas,
los Peruanos: Ventura García y José Santos Chocano, se le proclamó como “Juana
de América”.
Su poesía evolucionó al vanguardismo, rosando en imágenes surrealistas.
Cantó a la virgen a San Isidro a la Biblia; y en 1934: cambió a la poesía
mística.
Se publicaron sus libros: en 1950: Perdida, 1953: Azor, 1955: Romance
del Destino; En 1953: En Madrid, se publicaron sus obras completas.
En 1950: Fue presidenta de la Sociedad
Uruguaya de Escritores. En 1955: Fue premiada en el Instituto de Cultura
Hispánica de Madrid. En 1959: Se le otorgó el Gran Premio Nacional de
Literatura. Su prosa se enfocó hacia el público infantil, 1927: Epistolario;
1944: Chico Carlo.
Su poesía es de una elocuencia
maravillosa, con un estilo muy propio y a veces erótica. Fue muy admirada por
los poetas españoles: Miguel de Unamuno: Leí su libro Las lenguas de diamantes:
“primero con desconfianza y después con interés”, Juan Ramón Jiménez y Federico
García Lorca.
Su obra poética: Amémonos; Amor; Así
es la rosa; Bajo la lluvia; Como la primavera; El fuerte lazo; Estío; Hora
morada; La cita; La enredadera; La hora; La promesa; Lacería; Las cuatro alas
de abeja; Las Lenguas de diamante; Lo que soy para ti; Melancolía; Noche de
lluvia; Raíz Salvaje; ¿Sueño?; Supremo triunfo; etc.
Catar este rico canto de nuestra
“Juana de América” es la lúdica que se desparrama fresca, alegre, abierta como
pétalos en florescencia de una pubertad. Pubertad, que deberá permanecer
siempre como tal, sea cualquiera la edad de la persona. Por eso estos cuatro
cantos se adaptan al ser en cualquiera época. ¡Declámelos! en la intimidad de
su estudio, para que sienta esta gustación romántica.
COMO
LA PRIMAVERA
Como
un ala negra tendí mis cabellos
sobre tus rodillas.
Cerrando los ojos su olor aspiraste
diciéndome luego:
sobre tus rodillas.
Cerrando los ojos su olor aspiraste
diciéndome luego:
-¿Duermes sobre piedras cubiertas de musgos?
¿Con ramas de sauces te atas las trenzas?
¿Tu almohada es de trébol? ¿Las tienes tan negras
porque acaso en ellas exprimiste un zumo
retinto y espeso de moras silvestres?
¡Qué
fresca y extraña fragancia te envuelve!
Hueles a arroyuelos, a tierra y a selvas.
¿Qué perfume usas?
Hueles a arroyuelos, a tierra y a selvas.
¿Qué perfume usas?
Y
riendo le dije:
-¡Ninguno, ninguno!Te amo y soy joven, huelo a primavera.
Este
olor que sientes es de carne firme,
de mejillas claras y de sangre nueva.
¡Te quiero y soy joven, por eso es que tengo
las mismas fragancias de la primavera!
de mejillas claras y de sangre nueva.
¡Te quiero y soy joven, por eso es que tengo
las mismas fragancias de la primavera!
Te doy mi alma desnuda,
como estatua a la cual ningún cendal escuda.
Desnuda como el puro impudor
de un fruto, de una estrella o una flor;
de todas esas cosas que tienen la infinita
serenidad de Eva antes de ser maldita.
De todas esas cosas,
frutos, astros y rosas.
Que no sienten vergüenza del sexo sin celajes
y a quienes nadie osara fabricarles ropajes.
¡Sin velos, como el cuerpo de una diosa serena
que tuviera una intensa blancura de azucena!
¡Desnuda, y toda abierta de par en par
por el ansia de amar!
LA
HORA
Tómame ahora que aun es temprano
y que llevo dalias nuevas en la mano.
Tómame ahora que aun es sombría
esta taciturna cabellera mía.
Ahora que tengo la carne olorosa
y los ojos limpios y la piel de rosa.
Ahora que calza mi planta ligera
la sandalia viva de la primavera.
Ahora que mis labios repica la risa
como una campana sacudida a prisa.
Después..., ¡ah, yo sé
que ya nada de eso mas tarde tendré!
Que entonces inútil será tu deseo,
como ofrenda puesta sobre un mausoleo.
¡Tómame ahora que aun es temprano
y que tengo rica de nardos la mano!
Hoy, y no más tarde. Antes que anochezca
y se vuelva mustia la corola fresca.
Hoy, y no mañana. ¡Oh amante! ¿No ves
que la enredadera crecerá ciprés?
Tómame ahora que aun es temprano
y que llevo dalias nuevas en la mano.
Tómame ahora que aun es sombría
esta taciturna cabellera mía.
Ahora que tengo la carne olorosa
y los ojos limpios y la piel de rosa.
Ahora que calza mi planta ligera
la sandalia viva de la primavera.
Ahora que mis labios repica la risa
como una campana sacudida a prisa.
Después..., ¡ah, yo sé
que ya nada de eso mas tarde tendré!
Que entonces inútil será tu deseo,
como ofrenda puesta sobre un mausoleo.
¡Tómame ahora que aun es temprano
y que tengo rica de nardos la mano!
Hoy, y no más tarde. Antes que anochezca
y se vuelva mustia la corola fresca.
Hoy, y no mañana. ¡Oh amante! ¿No ves
que la enredadera crecerá ciprés?
AMOR
El amor es fragante como un ramo de rosas.
Amando, se poseen todas las primaveras.
Eros trae en su aljaba las flores olorosas
de todas las umbrías y todas las praderas.
Cuando viene a mi lecho trae aroma de esteros,
de salvajes corolas y tréboles jugosos.
¡Efluvios ardorosos de nidos de jilgueros,
ocultos en los gajos de los ceibos frondosos!
¡Toda mi joven carne se impregna de esa esencia!
Perfume de floridas y agrestes primaveras
queda en mi piel morena de ardiente transparencia
perfumes de retamas, de lirios y glicinas.
Amor llega a mi lecho cruzando largas eras
y unge mi piel de frescas esencias campesinas.
El amor es fragante como un ramo de rosas.
Amando, se poseen todas las primaveras.
Eros trae en su aljaba las flores olorosas
de todas las umbrías y todas las praderas.
Cuando viene a mi lecho trae aroma de esteros,
de salvajes corolas y tréboles jugosos.
¡Efluvios ardorosos de nidos de jilgueros,
ocultos en los gajos de los ceibos frondosos!
¡Toda mi joven carne se impregna de esa esencia!
Perfume de floridas y agrestes primaveras
queda en mi piel morena de ardiente transparencia
perfumes de retamas, de lirios y glicinas.
Amor llega a mi lecho cruzando largas eras
y unge mi piel de frescas esencias campesinas.
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