
Casta y pura la criatura.
Apenas como el capullo
Empezando a surgir.
Vida nueva y vastedad,
De fácil hilatura,
Que apenas oye el arrullo
Y el impulso de huir
De la inocencia a la pubertad.
Es la verdad,
Para mantenerse en estado primero
Difícil la castidad.
Al mundo se llega como romero
Y se abre la conciencia,
Dejando atrás… La añorada inocencia.
Medellín, 22 de abril de 2009
La inocencia, casí nunca se pierde y es fiel compañera de la experiencia y la conciencia. Permanece para dejarse sorprender, es la única condición que nos hace más humanos y vulnerables, confirma ese rostro fragil que hasta la muerte nos acompaña. He visto hombres curtidos, entrados en años con una inocencia inexplicable, asaltados..esta es otra historia, menos poetica y más cruel...inocencia y pecado..en fin.
ResponderEliminarCESAR BUSTAMANTE