
¡Oh silencio!, amado silencio.
Arrobas mi alma
y atraes la calma...
A mi interior universo.
Yo gusto del Padre...
En todo momento...
¡Ah, qué placer siento!,
cuando mi fondo se abre.
¡Te amo!, en soledad...
Alma gigante,
que en olas de mar constante
penetras mi intimidad:
Barres lo vago y lo frío
y unes el alma, con el Padre mío.
19 de febrero de 1992
No hay comentarios:
Publicar un comentario