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domingo, 16 de noviembre de 2014

JOSE EUSEBIO CARO IBAÑEZ


El sólo saber que José Eusebio es el señor padre de Miguel Antonio, es suficiente para considerar que de este que se habla es supremamente extraordinario. Nace en Ocaña Santander Colombia el 5 de marzo de 1817 y fallese en Santa Marta el 28 de enero de 1850 ó de 1853 a escasos 33 ó 36 años, se debe aclarar que estas fechas no son muy exactas, pero de todas maneras, José Eusebio rondó entre 30 y 40 años de vida, esas fechas son de la cuerda de los historiadores.
Sus padres fueron Antonio José y María Nicolasa. En su juventud desempeñó varios cargos públicos y también se desempeñó como militar legítimo, participando en las contiendas entre 1840 y 1842.
La familia emigra de Ocaña en 1818 y se establece en Santafé en donde estudia y trabaja. Al estallar la guerra civil, José Eusebio, se une a las tropas del general Pedro Alcántara Herrán. El 3 de febrero de 1843 se esposa con Blasina Tovar ya era considerado como uno de los poetas románticos más representante de Hispanoamérica. Su obra editada post mortem presenta las siguientes connotaciones: Inicia con la imaginación, luego el sentimiento y al final la razón; o sea, es un proceso de maduración poética.
Fue “4P”: Poeta, político, polemista y pensador. Como poeta, Germán Arciniega dijo: “Caro se anticipó al modernismo con hallazgos que luego se encontraron en Rubén Darío o en Guillermo Valencia” Y el crítico español Germán Diego dijo: “poeta tan grande que vale toda una literatura”. Fue de estilo vigoroso, sentimental, romántico. De lírica conceptuosa y de gran oratoria. Se formó con los escritores españoles, los clásicos franceses e italianos, los románticos franceses e ingleses. Los temas poéticos se relacionan con la vida, con la persona, con las emociones, con el amor, con la vida conyugal, con la familia, con el patriotismo, con el ideal liberal y con el sentimiento religioso. Utilizó seudónimos para sus obras: “B y B”, “cascafuerte”, “jec”. En 1957 se recopiló su obra y fue publicada en Irlanda; en 1885 reeditadas en Madrid y en 1966 el Instituto Caro y Cuervo publicó en Colombia “La poesía de José Eusebio Caro”. Como político: fue parlamentario, administrador de hacienda pública, director de crédito nacional y ministro de hacienda. Como pensador, sentó con Mariano Ospina las bases para el incipiente Partido Conservador. Fundó y fue redactor de El Granadino que operó desde 1840 hasta 1845 y la Civilización desde 1849 hasta 1851. En 1849 en compañía de Mariano Ospina Rodríguez, hace la primera declaración política del Partido Conservador, se despierta la polémica y en  1850 es llevado a prisión por sus ideas políticas, se le conmutó la pena a cambio del exilio, que lo llevó a radicarse en Nueva York.
Algunos poemas: El huérfano sobre el cadáver; El Ciprés; Desesperación; Mi Juventud; Después de veinte años; Aparición; Presentimiento; El Pobre; En Unas Bodas; Capa Rota, etc.
Cántico Primaveral presenta los siguientes poemas para lúdica de los lectores:

EL Y YO

Pude un tiempo esperar que tú me amaras;
Mas mi dulce esperanza ya acabó;
Que, vivo aún más que en los pasados días,
Arde en tu pecho tu primer amor.

Siempre la imagen del ausente amigo
Vive interpuesta entre nosotros dos:
Su hermosa faz mi oscura faz eclipsa,
Su voz contrasta con mi ronca voz.

Ingenio, orgullo, gracias, hermosura...
¡Ah! ¡Todo tiene, nada tengo yo!
Sólo una cosa tengo que él no tiene:
Mi enemigo mortal, mi corazón.

Mi corazón, que me dictó te amara;
Mi corazón, que para ti nació;
Mi corazón, que al verte se estremece,
Cual se estremece el ángel ante Dios.

Octubre 28, 1839.

OCAÑA

Aquí nací: bajo este hermoso cielo
Por vez primera vi la luz del sol;
Aquí vivieron mis abuelos todos...
¡Adiós, Ocaña! ¡Adiós, ¡Ocaña! ¡Adiós!

¡Ocaña! ¡Ocaña! ¡Dulce, hermoso clima!
¡Tierra encantada de placer, de amor!
Ufano estoy de que mi patria seas...
¡Adiós, Ocaña! ¡Adiós, Ocaña! ¡Adiós!

Mi padre aquí de boca de mi madre
El dulce sí por vez primera oyó,
Aquí de amor él a sus pies lloraba...
¡Adiós, Ocaña! ¡Adiós, Ocaña!, ¡Adiós!

Y yo también aquí pensé... ¡silencio!
Olvidemos tan plácida ilusión;
Y aunque mi pecho deba desgarrarse,
¡Adiós, Ocaña; para siempre adiós!

DESALIENTO

Acabaron mis sueños de gloria,
Acabaron mis sueños de amor,
Resta sólo su triste memoria,
Y mi mente perdió su esplendor.

Al salir de mi tímida infancia
A encontrar mi primer juventud,
¡Cuál corría con tierna ignorancia
¡A embriagarme de amor y virtud!

¡Y ese amor que buscaba es mentira!
¡La virtud una amarga irrisión!
¡Los suspiros que daba mi lira!
¡No movieron ningún corazón!

Dulces sueños de amor y de gloria
Si es posible olvidar cuanto fue,
¡Ah! ¡Cerrad de mi vida la historia
Cual se abrió, con virtud y con fe!

¡BUENAS NOCHES, PATRIA MÍA!

Lejos ¡ay! del sacro techo
Que mecer mi cuna vio,
Yo, infeliz proscrito, arrastro
Mi miseria y mi dolor.
Reclinado en la alta popa
Del bajel que huye veloz,
Nuestros montes irse miro
Alumbrados por el sol;
¡Adiós, adiós, patria mía!
¡Aún no puedo odiarte, adiós!

A tu manto, cual un niño,
Me agarraba en mi aflicción;
Más colérica tu mano
De mis manos lo arrancó:
Y en tu saña desoyendo
Mi sollozo y mi clamor,
Más allá del mar tu brazo
De gigante me lanzó.
¡Adiós, adiós, patria mía!
¡Aún  no puedo odiarte, adiós!

De hoy ya más, vagando triste
Por antípoda región,
Con mi llanto al pasajero
Pediré el pan del dolor:
De una en otra puerta el golpe
Sonará de mi bastón;
¡Ay! ¡En balde! ¿En tierra extraña
Quién conocerá mi voz?
¡Adiós, adiós, patria mía!
¡Aún no puedo odiarte, adiós!

¡Ay! de ti sólo una tumba
Demandaba humilde yo.
Cada tarde la excavaba
Al postrer rayo del sol.
“Ve a pedirla al extranjero”
Fue tu réplica feroz;
Y llenándola de piedras
Tu planta la destruyó.
¡Adiós, adiós, patria mía!
¡Aún no puedo odiarte, adiós!

En un vaso un tierno ramo
Llevo de un naranjo en flor;
El perfume de la patria
Aún aspiro en su botón.
El mi huesa con su sombra
Cubrirá; y entonces yo
Dormiré mi último sueño
De sus hojas al rumor.
¡Adiós, adiós, patria mía!
¡Aún no puedo odiarte, adiós!


Diciembre, 1834.

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