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sábado, 27 de abril de 2013

ODYSSEUS ELYTIS
Llamado simplemente Odysseus. Nace en Iráklion, Creta, en 1911 y fallecido de repente en Atenas en 1996. Traductor griego, poeta y ensayista. Su poesía es una mezcla de surrealismo y denuncia social. Estudió Filología y Literatura en la Sorbona de Paris. En la segunda guerra mundial fue teniente en las filas contra la ocupación de italianos y alemanes. Premio Nobel en 1979. De su obra poética se destaca: El sol soberano, 1943; Dignum est, 1959; Seis y un remordimiento para el cielo, 1960; El monograma, 1971; Al oeste de la tristeza, 1995.

Premio Mediterráneo de poesía en 1988; Honoris Causa de la universidad La Sorbona, Roma 1987 y universidad de Atenas en 1987.
 
HACIA UN PAIS LEJANO Y SIN PECADO MARCHO…
 
Hacia un país lejano y sin pecado marcho.
Ahora me acompañan ligeras criaturas
con auroras en el cabello boreales
y suave doradura en la epidermis.

Por las hierbas avanzo, con la rodilla como proa
y mi aliento expulsa de la faz de la tierra
los ovillos últimos del sueño.
Y los árboles marchan a mi lado, en contra de los vientos.

Grandes misterios veo y extraños:
Fuente, escondite de Elena.
Tridente con Delfín, la señal de la Cruz.
Puerta blanca, la impía alambrada.

Por donde he de pasar glorioso.
Las palabras que me traicionaron, con bofetadas
se hacen mirtos y palmas
que repican ¡Hosanna el que viene!

Como placer de frutas veo la privación.
Sesgados olivares con un poco de azul entre los dedos
los años de la ira detrás de los barrotes.
Y playa ilímite, empapada en sortilegios de ojos bellos,

el fondo de la Marina.
Por donde puro marcharé.
Las lágrimas que me traicionaron, con humillaciones
se hacen brisas y pájaros sin tarde

que repican ¡Hosanna el que viene!
hacia un país lejano y sin pecado ahora marcho.
 

SINUOSIDAD

En las franjas moradas del dolor
En las estatuas de la agonía
En los húmedos silencios
Hay un rostro
Tan a fondo extraído de las lágrimas
Tan incomprensible
Tan caliente en la mano que le hace señas
Otro rostro
Una visión con antorchas que rasga la desolación
A horcajadas la noche en sus cordilleras
Con estrellas como señales que se lanzaron con honda
Antaño desde la edad de su infancia
Y dan el buen viaje de la vida
Sobre las pendientes de la compasión.

Hay
Una tierna curva que al dolor adeuda
La aventura de su torrente de luz
Una lupa que une los errores
Como entrañas supinas que arrojó la suerte
Allí


Un buen -por la sombra que lo hechiza- muro
Forma un ángulo antes del llanto
Después llegan las tallas del desastre
Árboles con los únicos muebles de sus dedos
Con la única fe de su hablar desarraigado
Es bueno que no hablen aquellos que vivieron
Los demás sostienen lamentos en las manos
Corriendo más allá como alas imbautizables


Vivieron
Un pozo abre miedos tras cada una de sus esperanzas
Por qué ha de temblar este alambre
Este pájaro qué mirada ha de alimentar
Qué queremos
Hay


Un rostro apagado en cada telón de olvido.

 

sábado, 13 de abril de 2013

QUENAS

Tomé las quenas
y las entoné de amor,
saqué las penas,
que causaban dolor.

Estaba disperso
buscándote hoy,
y hallé en mí mismo,
todo lo que soy.

Me confundí
con el otro mi yo,
y al desdoblarme comprendí,

y así lo entendí,
porque solo a mi amada,
la hago recamada.

12 de enero de 1992, 19 de enero y 13 de abril de 2013

sábado, 6 de abril de 2013


GILBERTO GARRIDO
Quien tenga una fotografía del poeta,
favor enviármela al correo electrónico:
uribece@gmail.com. Muchas gracias.

Nace en Supía en 1887 y fallece en Cali en 1978, longevo, poeta Colombiano desconocido. Su poesía tenía una característica especial su lirismo y rima en los versos pues se daban en gerundios. Tuvo un gran dolor, la muerte de su hijo León y su poesía se explayó en ese dolor. Una muestra de ello, los versos compuestos a su hijo: 

Mi hijo se fue cuando
una brasa de mí le estaba ardiendo.
El se iba apagando
y en mí iba encendiendo
esta agonía de seguir viviendo.

Pura poesía, puro sentimiento, pura composición de rima en gerundios. Muy bella, embelesadora y sentimental. ¡Qué más se le puede dar a un hijo! Era de intuición analítica y memoria prodigiosa. Lector consumado, viajero, parlamentario y diplomático.

Su obra literaria está en los libros: Ansiedad; Llanto; Lumbre; Ilusión; Romancero.


Corazón de Azucena,
hendido, macerado, suspirado:
de Ti fluye la vena
deste bien acordado
amor y este dolor mejor amado.
Bien hallo vivir duelos
yo que en flores he sido y fallecido,
y he rasgado los velos
del tesoro dolido
sobre mi propio ser desparecido.

La voz que más resume
es la del niño, apenas escuchada,
de la que se presume
que trae compasada
la música de Dios, maravillada.
Por esa escala vino
mi fe, dolida de su oscuro extremo.
Bien eligió camino
el resplandor supremo
para darme esta luz en que me quemo.

Mi hijo se fue cuando
una brasa de mí le estaba ardiendo.
El se iba apagando,
y en mí iba encendiendo
esta agonía de seguir viviendo.
Sube el dolor y es palma
de todo ser que mereció su herida.
Su estrella viene al alma
en la propia medida
en que la tiene el alma merecida.

No hay más dura amargura
que vivir una vida que se fuera
y el milagro procura
de conservar entera
el ánima que a escombros redujera.
Este soplo que pudo
con menos luz, ser foco desolado,
hizo fanal su escudo
tiene ya logrado
vivir en el dolor eternizado.

Llorar es ver el fondo
en donde Dios alumbra nuestra pena.
No hay un lugar más hondo
ni hay una luz más buena
que la que lo ilumina y lo serena.
Por eso cuando lloro
en ti, pues vivo en ti, me elevo tanto,
que el trémulo tesoro
deja de ser quebranto
para ser claridad fundida en llanto.

 

sábado, 23 de marzo de 2013

ALMA MIA

Esposa mía...
Dulce ternura de humildad,
cuando te alejas de mi vida,
siento nostalgia, siento ansiedad.

Estar solo yo no deseo nunca,
le pido a Dios morir primero.
Aunque desaparecer no quisiera,
lo que venga, eso espero.

Esposa mía...
Humilde refugio, bella mujer.
Tu entiendes toda mi cuita

y cuando me siento desfallecer,
reúnes tus fuerzas con alegría
y llamándome, atraes el alma mía.

13 de julio de 1989

 

sábado, 9 de marzo de 2013

ARTHUR RIMBAUD

Arthur Rimbaud “es un volcán de música atonal en busca de lo desconocido”. Según la Rae: Atonal es un adjetivo musical. Dicho de una composición: Que no tiene una tonalidad bien definida. Y si en la Rae cotejamos lo que es el surrealismo, o mejor, el superrealismo: (del francés surréalisme) m. Movimiento literario y artístico, que intenta sobrepasar lo real impulsando con automatismo psíquico (Ejecución mecánica de actos sin participación de la conciencia) lo imaginario y lo irracional. Esto indica que Rimbaud no es consciente cuando compone su poesía, sino que es su otro “yo” el que está hablando por él. He escrito este poema:

 Así como la música es una unión
Entre los espacios y los silencios.
La meditación es la unión
De los espacios entre los pensamientos.
…………………………………………………..
El poema no nace de la conciencia. No es una percepción del “yo” real, sino del “yo” surrealista. Este recurso es el que caracteriza a Arthur Rimbaud; él mismo lo manifestaba: “Porque yo… es otro”. Esto mismo pasa en San Juan de la Cruz en su poesía; un ejemplo de esto es su poema “Cántico Espiritual”:

¿A dónde te escondiste,
Amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste
Habiéndome herido;
Salí tras ti clamando, y eras ido.
………………………………………………..
Está componiendo su otro “yo” cautivo dentro de su misticismo.
Lo que digo de esta poesía, es que se erige internamente, se contempla y se escucha. A veces es extraña, vista como un movimiento súbito, inesperado y sorprendente. Es arbitraria, porque a veces es contraria a la razón. Se dice que en Rimbaud, su poesía a veces causaba asco, pero un asco  que la Rae define en una acepción verbal coloquial: como hacer afectadamente desprecio poco justificado de algo. Es embelesadora, porque cautiva los sentidos.

EN UNA TEMPORADA EN EL INFIERNO, escribía el poeta Rimbaud: “Yo ajustaba la forma y el movimiento de cada consonante, y – con ritmos instintivos – me enorgullecía de inventar un verbo poético accesible a todos los sentidos”. Esto causó que en algunos versos, el significado no fuera de los que se quería expresar.

Se rompe entonces con el modernismo y se convierte en uno de los mayores exponentes del surrealismo. La erupción de su poesía ya no es de ideas preconcebidas, sino de la vibración de lo maravilloso. Auscultó las regiones más puras que son las del silencio.

Nace en Charleville (Francia) el 20 de octubre de 1854. Precoz intelectual, iniciando su prosa a los ocho años y su mundo poético a los diez años. A los 17 años escribió El Barco Ebrio. En la misma época conoce al Poeta Paul Verlaine con quien viaja a Inglaterra y Bélgica. Después de una relación tormentosa, Verlaine intentó asesinarle dos veces por su infidelidad, en la segunda Rimbaud resultó herido de gravedad, y a Verlaine lo encarcelaron. Al salir Rimbaud del hospital, abandona su vida literaria y se dedica al comercio en Africa. Muere en Marsella (Francia) el 10 de noviembre de 1891, a raíz de un tumor en la rodilla.

Le he comparado con San Juan de la Cruz porque como dice Paul Claudel: UNA TEMPORADA EN EL INFIERNO, “es la obra de un místico en estado salvaje”.

Dos poemas: UNA TEMPORADA EN EL INFIERNO e ILUMINACIONES, permitieron a Arthur Rimbaud ingresar en la categoría de los mitos.

Obras publicadas entre otras:
1869, Los Regalos de los Huérfanos (primer poema conocido).
En 1870, Escribe Théodore de Banville (carta en donde se encuentra su poema Credo in Unam).
1871, El Barco Ebrio.
En 1872, la revista La Renaissance Littéraire Et Artistique publica Los Cuervos.
1873, Una temporada en el infierno.
1886, Iluminaciones.

La lúdica de su poesía, es preferible catarla en la intimidad del alma, en su idioma original. Para cántico primaveral, cualquier traducción depende de quién lo haga y su propia interpretación tratando de brindarle al lector la mejor manera de servirse de ella; por lo tanto, entrego el original en francés y una traducción de http://www.poetica.com.ar

Le bateau Ivre
(Original en Francés)
El barco ebrio
 
 
 
(1)
Comme je desendais des fleuves impassibles,
Je ne me sentís plus guide par les haleurs:
Des peaux-Rouge criards les avaient pris por cibles
Les ayant clousés nus aux poteaux de couleurs.
 
 
(2)
J’étais insoucieux de tous les équipages,
Porteur de blés flamands ou de cotons anglais.
Quand avec mes haleurs ont fini ces tapages
Les fleuves m’ont descendre où je voulais.
 
 
(3)
Dans les clapotements furieux des marées,
Moi, l’autre hiver, plus sourd que les cerveaux démarrées,
Je courus! Et les péninsules démarrées
N’ont pas subi tohu-bohus plus triomphants.
 
 
(4)
La tempête a béni me éveils maritimes.
Plus léger qu’un bouchon j’ai dansé sur les flots
Qu’on apelle rouleurs éternels de victimes,
Dix nuits, sans regretter l’oeil niais des falots!
 
 
(5)
Plus douce qu’aux enfants la chair des pommes sures,
L’eau verte pénétra ma coque de sapin
Et des taches de vins bleus et des vomissures
Me lava, dispersant gouvernail et grappin.
 
(6)
Et dès lors, je me suis baigné dans le poème
De la mer, infusé d’astres, et lactescent,
Dévorant les azurs verts; où, flottaison blême
Et ravie, un noyé pensif parfois descend;
 
 
 
 
(7)
Où, teignant tout à coup les bleuités, délires
Et rhythmes lents sous les rutilements du jour,
Plus fortes que l’alcool, plus vastes que nos lyres,
Fermentent les rousseurs amères del l’amour!
 
 
(8)
Je sais les cieux crevant en éclairs, et les trombes
Et les ressacs et les courants: je sais le soir,
L’aube exaltée ainsi qu’un peuple de colombes,
Et j’ai vu quelquefois ce que l’homme a cru voir!
 
 
(9)
J’ai vu le soleil bas, taché d’horreurs mystiques,
Illuminant de longs figements violets,
Pareils à des acteurs de drames très-antiques
Les flots roulant au loin leurs frissons de volets!
 
(10)
J’ai rêvé la nuit verte aux neiges
éblouies,
Baiser montant aux yeux des mers avec lenteurs,
La circulation des sèves inouïes,
Et l’évil jaune et bleu des phosphores chanteurs!
 
(11)
J’ai suivi, des mois pleins, pareille aux vacheries
Hystériques, la boule à l’assaut des récifs,
Sans songer que les pieds lumineux des maries
Pussent forcer le mufle aux Océans poussifs!
 
(12)
J’ai heurté, savez-vous, d’incroyables fluorides
Mélant aux fleurs des yeux de panthers à peaux
D’hommes! Des arcs-en-ciel tendus comme des brides
Sous l’horizon des mers, à de glauques troupeaux!
 
(13)
J’ai vu fermenter les marais énormes, nasses
Où pourrit dans les jones tout un Léviathan!
Des écroulements d’eaux au milieu des bonaces,
Et les lointains vers les gouffres cataractant!
 
 
 
(14)
Glaciers, soleils d’argent, flots nacreux, cieux de braises!
Échouages hideux au fond des golfes bruns
Où les serpents gents dévorés des punaises
Choient, des arbres tordus, avec de noirs parfums!
 
 
 
(15)
J’aurais voulu montrer aux enfants ces dorades
Du flot bleu, ces poissons d’or, ces poissons chantants.
-Des écumes de fleurs ont bercé mes dérades
Et d’ineffables vents m’ont ailé par instants.
 
 
(16)
Parfois, martyr lassé des pôles et des zones,
La mer dont le sanglot faisait mon roulis doux
Montait vers moi ses fleurs d’ombre aux ventouses jaunes
Et je restais, ainsi qu’une femme à genoux…
 
 
 
 
(17)
Presque île, ballottant sur mes bords les querelles
Et les fientes d’oiseaux clabaudeurs aux yeux blonds,
Et je voguais, lorsqu’à travers mes liens frêles
Des noyés descendaient dormir, à reculons!
 
 
(18)
Or moi, bateau perdu sous les cheveux des anses,
Jeté par l’ouragan dans l’éther sans oiseau,
Moi don’t les monitors et les voiliers des hanses
N’auraient pas repêché la carcasse ivre d’eau;
 
 
 
(19)
Libre, fumant, monté de brumes violettes,
Moi qui trouais le ciel rougeoyant comme un mar
Qui porte, confiture exquise aux bons poètes,
Des lichens de soleil et des morves d’azur,
 
 
(20)
Qui courais, taché de lumeles électriques,
Planche folle, escorté des hippocampes noirs,
Quand les juillet faisaient crouler à coups de triques
Les cieux ultramarins aux ardent entonnoirs;
 
 
(21)
Moi qui tremblais, sentant geindre à cinquante lieues
Le rut des Béhémots et les Maelstroms épais,
Fileur éternel des immobilités bleues,
Je regrette l’Europe aux anciens parapets!
 
 
(22)
J’ai vu des archipels sidéraux! Et des îles
Dont les cieux délirants sont ouverts au vogueur:
-Est-ce en ces nuits sans fond que tu dors et t’exiles,
Million d’oiseaux d’or, ô future Vigueur?-
 
(23)
Mais, vrais, j’ai trop pleuré! Les Aubes sont navrantes,
Toute lune esta troce et tout soleil amer:
L’âcre amour m’a gonflé de torpeurs envivrantes.
Ô que ma quille éclate! Ô que j’aille à la mer!
 
 
 
(24)
Si je désire une eau d’Europe, c’est la flache
Noire et froide où vers le crépuscule embaumé
Un enfant accroupi plein de tristesses, lâche
Un bateau frêle comme un papillon de mai.
 
 
(25)
Je ne puis plus, baigné de vos langueurs, o lames,
Enlever leur sillage UX porteurs de cotons,
ni traverser l’orgueil des drapeaux et des flammes,
ni nager sous les yeux horribles des pontons.
 
 
 
(1)
Mientras descendía por Ríos
impasibles,
Sentí que los remolcadores dejaban de guiarme:
Los Pieles Rojas gritones los tomaron por  
blancos,
Clavándolos desnudos en postes de
colores.
 
(2)
No me importaba el cargamento,
Fuera trigo flamenco o algodón
inglés.
Cuando terminó el lío de los
remolcadores,
Los Ríos me dejaron descender donde quisiera.
 
(3)
En los furiosos chapoteos de las mareas,
Yo, el otro invierno, más sordo que los
cerebros de los niños,
¡Corrí! Y las Penínsulas desamarradas
Jamás han tolerado juicio más
triunfal.
 
(4)
La tempestad bendijo mis desvelos marítimos.
Más liviano que un corcho dancé sobre las
olas
Llamadas eternas arrolladoras de víctimas,
¡Diez noches, sin extrañar el ojo idiota de
los faros!
 
(5)
Más dulce que a los niños las manzanas
ácidas,
El agua verde penetró mi casco de abeto
Y las manchas de vinos azules y de
vómitos
Me lavó, dispersando mi timón y mi ancla.
 
(6)
Y desde entonces, me bañé en el
Poema
De la Mar, lleno de estrellas, y lactescente,
Devorando los azules verdosos; donde, flotando
Pálido
y satisfecho, un ahogado pensativo desciende;
 
(7)
¡Donde, tiñendo de un golpe las azulidades,
delirios
Y ritmos lentos bajo los destellos del
día,
Más fuertes que el alcohol, más amplios que nuestras liras,
Fermentaban los amargos rojeces del
amor!
 
(8)
Yo sé de los cielos estallado en relámpagos, y de las trombas
Y de las resacas y de las corrientes: ¡Yo sé de la tarde,
Del Alba exaltada como un pueblo de
palomas,
Y he visto alguna vez, eso que el hombre ha creído ver!
 
(9)
Yo vi el sol bajo, manchando con horrores
Místicos,
grandes coagulaciones púrpuras,
Similar a protagonistas de dramas muy
Antiguos.
Los mares que se mueven diferentes al suyo
Presentan aspectos de escalofríos
 
(10)
¡Yo soñé la noche verde de las nieves deslumbradas,
Besos que suben de los ojos de los mares con lentitud,
La circulación de las savias inauditas,
Y el despertar amarillo y azul de los fósforos cantores!
 
(11)
¡Yo seguí, durante meses, imitando a los ganados
Enloquecidos, las olas en el asalto de los arrecifes,
Sin pensar que los pies luminosos de las Marías
Pudiesen frenar el morro de los Océanos asmáticos!
 
 
 
(12)
¡Yo embestí, sabed, las increíbles Floridas
Mezclando las flores de los ojos de las panteras con la piel
De los hombres! ¡Los arcos iris tendidos como riendas
Bajo el horizonte de los mares, en los glaucos rebaños!
 
 
(13)
¡Yo he visto fermentar los enormes pantanos, trampas
En las que se pudre en los juncos todo un Leviatán;
Los derrumbes de las aguas en medio de la calma,
Y las lejanías abismales caer en cataratas!
 
 
 
 
(14)
¡Glaciares, soles de plata, olas perladas, cielos de brasas!
Naufragios odiosos en el fondo de golfos oscuros
Donde serpientes gigantes devoradas por alimañas
Caen, de los árboles torcidos, con negros perfumes!
 
 
 
(15)
Yo hubiera querido enseñar a los niños esos dorados
De la ola azul, los peces de oro, los peces cantores.
-Las espumas de las flores han bendecido mis vagabundeos
Y vientos inefables me dieron sus alas por un momento.
 
 
(16)
A veces, mártir cansada de polos y de zonas,
La Mar cuyo sollozo hizo mi balanceo más dulce
Elevó hacia mí sus flores de sombra de ventosas amarillas
Y yo permanecía, al igual que una mujer, de rodillas...
 
 
 
(17)
Casi isla, quitando de mis bordas las querellas
Y los excrementos de los pájaros cantores de ojos rubios.
¡Y yo bogué, mientras atravesando mis frágiles cordajes
Los ahogados descendían a dormir, reculando!
 
 
 
(18)
O yo, barco perdido bajo los cabellos de las algas,
Arrojado por el huracán contra el éter sin pájaros,
Yo, a quien los Monitores y los veleros del Hansa
No hubieran salvado la carcasa borracha de agua;
 
 
 
 
 
(19)
Libre, humeante, montado de brumas violetas,
Yo, que agujereaba el cielo rojeante como una pared
Que lleva, confitura exquisita para los buenos poetas,
Líquenes de sol y flemas de azur;
 
(20)
Yo que corría, manchado de lúnulas eléctricas,
Tabla loca, escoltada por hipocampos negros,
Cuando los julios hacían caer a golpes de bastón
Los cielos ultramarinos de las ardientes tolvas;
 
 
 
 
(21)
¡Yo que temblaba, sintiendo gemir a cincuenta leguas
El celo de los Behemots y los Maelstroms espesos,
Eterno hilandero de las inmovilidades azules,
Yo extraño la Europa de los viejos parapetos!
 
 
(22)
¡Yo he visto los archipiélagos siderales! y las islas
Donde los cielos delirantes están abiertos al viajero:
-¿Es en estas noches sin fondo en las que te duermes y te exilias,
Millón de pájaros de oro, oh Vigor futuro?
 
 
(23)
¡Pero, de verdad, yo lloré demasiado! Las Albas son desoladoras.
Toda luna es atroz y todo sol amargo:
El acre amor me ha hinchado de torpezas embriagadoras.
¡Oh que mi quilla estalle! ¡Oh que yo me hunda en la mar!
 
 
(24)
Si yo deseo un agua de Europa, es el charco
Negro y frío donde, en el crepúsculo embalsamado
Un niño en cuclillas colmado de tristezas, suelta
Un barco frágil como una mariposa de mayo.
 
 
 
 
(25)
Yo no puedo más, bañado por vuestras languideces, oh olas,
Arrancar su estela a los portadores de algodones,
Ni atravesar el orgullo de las banderas y estandartes,
Ni nadar bajo los ojos horribles de los pontones.


 

  

SENDEROS PRIMAVERALES

  Fuente Escondida Iba recorriendo senderos primaverales una tarde florida… Cuando en una fuente escondida hallé, en ensortijados de e...