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domingo, 18 de noviembre de 2012

CON EL FLAGELAR


     Fustigo mi dolor profundamente
apartándole del seno de mi ser.
Cuántas veces me ha hecho padecer,
aún con la fe dentro de mi mente.

¡Oh momento tutelar que requiero!
para sanar el yo en meditación.
Y al tenerle a él en comprensión,
vences el turbión del mal con esmero.

Ya la angustia no será remolona
y huyendo buscará otro sitio,
encontrando quizás allí propicio,

un lugar apto a la encerrona
que en mi mente no puede enclocar
porque le expulso con el flagelar.

5 de febrero de 1992

sábado, 3 de noviembre de 2012

JUAN RAMON JIMENEZ MANTECÓN

Nace en Moguer (Huelva) España en 1881 y muere en San Juan de Puerto rico en 1958. Cursa el bachillerato en el colegio de los Jesuitas de Puerto de Santa María en Cádiz. Se dedicó a su vida artística después de abandonar la Universidad de Sevilla en donde estudiaba Derecho. Hijo de Víctor y Purificación.

En la vida del poeta, se pueden calar cuatro etapas:

LA PRIMERA: La etapa de su niñez dada en el campo de su ciudad natal en la provincia de Andalucía España, imbuido en un mundo rural, que lo matizó de un apasionado sentimentalismo juvenil inducido hacia el erotismo. Etapa de musicalidad, nostalgia y amor por la naturaleza. Se observa predominio de octosílabos y tendencia hacia el modernismo. Fue la etapa de concentración de lectura, permitiéndole escribir los siguientes obras: 1900: Alma de violetas; y, Ninfeas; 1902: Rimas; 1903: Arias tristes; 1904: Jardines lejanos; 1908: Elegías puras; y, Elegías intermedias; 1909: Las hojas verdes; 1910: Elegías lamentables; y, Baladas de primavera; 1911: La soledad sonora; Poemas mágicos y dolientes; y, Pastorales; 1912: Melancolía; 1913: Laberinto; 1914: Sonetos espirituales; y, el libro en prosa lírica: Platero y yo, clic para el enlace: http://pdf.edocr.com/d602a452a24f48776b7c467683b59ba4d57c5efb.pdf, donde funde fantasía y realismo en las relaciones de un hombre y su asno; dicen los que escriben las páginas del enlace: http://www.juanramonjimenez.com/pagina1c.htm. “PLATERO Y YO no es una obra extraordinaria solo por su perfección literaria, sino también por la aproximación idealista del poeta en la concepción de su obra, en la que se muestra la comprensión y ternura más humana hacia los menos capaces y menos afortunados miembros de la creación, sean un hombre o un animal, un insecto o una hoja de hierba”. Traducido a tantas lenguas; como  Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra.

LA SEGUNDA: Gran lector de Rubén Darío, el poeta Nicaragüense; y de escritores románticos. Escribe en la revista madrileña Vida Nueva. Esta es la etapa de 1916, donde contrae matrimonio con Zenobia Campubrí, española, educada en estados unidos, traductora de Tagore. Convertida en la colaboradora de cabecera del poeta. Su esposa influyó decisivamente en el nuevo rumbo que adoptó el poeta. Escribe: 1916: Estío; 1917: Diario de un poeta recién casado, escrito según el poeta, durante la travesía del Atlántico. El constante movimiento de las olas le transmitió la obsesión por el ritmo y abandona las estructuras poéticas tradicionales iniciando la composición en verso libre; cambió el estilo modernista por un lenguaje sobrio y desnudo. Se puede cotejar esta nueva situación en sus libros: 1919: Eternidades; y, Piedra y Cielo; 1923: Poesía; y, Belleza. Se elimina lo que no es esencia poética, plenitud espiritual y estética. De nuevo aparece la prosa lírica y escribe en 1942: españoles de tres mundos, publicado en la revista Índice.

LA TERCERA: La etapa de la depuración máxima. Somete su obra a revisión permanente. Se identifica con la belleza, con lo real con el mundo. Reúne en su obra todas las directrices de la poesía pura. Supresión de colores, eliminación de acordes innecesarios. Va descubriendo en la poesía, la belleza en su verdad desnuda:  

¡Oh pasión de mi vida, poesía
Desnuda, mía para siempre! 

Para llegar allí hay que despojarse del modernismo inculcado por Rubén Darío y adentrarse al alma misma del poema, a su esencia vital. Es decir, abandono total de la ampulosidad retórica y grandilocuente:

Una bella palabra
Es toda la palabra. 

LA CUARTA: La etapa de la alquimia idiomática, empieza por sopesar las palabras, medir los conceptos. Es la poesía del intelecto y no de la emoción: 

¡Inteligencia, dame
El nombre exacto de las cosas!
Que mi palabra sea la cosa misma,
Creada por mi alma nuevamente. 

Su obra es de prosa sugestiva de valores plásticos y ejemplar amor a la belleza:

Te he dado, sol insomne, latido por latido
Todo mi corazón. 

Entre 1923 y 1936 escribe Estación Total, publicada en 1946. Es la identificación del poeta con la belleza, con la plenitud de lo real, con el mundo. Es abstracción y realidad.

¡Oh pasión de mi vida, poesía
Desnuda, mía para siempre! 

En 1935: Se publica Cántico. Estalla la guerra civil en España y se interrumpe la vasta creación poética de Juan Ramón. Fue nombrado agregado cultural en Washington y luego de viajar a Cuba, se instala en Puerto Rico en donde enseña en la universidad. A esta época pertenecen los libros: 1946: Estación total; 1948: Romances de Coral Gables; 1949: Animal de fondo. Fue tiempo de la intelectualidad, la metafísica, la conciencia de la divinidad y la manifestación inefable de lo eterno. En 1956: Recibe el premio Nobel de Literatura. La Academia de Suecia declaraba que el premio le había sido concedido por “su poesía lírica, que en el lenguaje español constituye un ejemplo de elevado espíritu y pureza artística.” El secretario de dicha Academia dijo: “Por ser una especie de soñador idealista, Juan Ramón Jiménez representa la clase de escritor a quien Alfred Nobel gustaba apoyar y recompensar. Representa la orgullosa tradición española y haberle concedido el laurel es también laurear a Antonio Machado y a García Lorca, que son sus discípulos”.

En el texto se puede ver su obra que se inicia a muy temprana edad, como para un superdotado. Mencionemos algunos poemas: A mi alma; acabas de salir de tu alcoba… Yo he entrado; adolescencia; agua mujer; alegría nocturna; cállate por Dios; el mar lejano; espejo de estío; eternidades; jardín; las tardes de enero, etc.
 
 SIENTO
 
Siento, cuando me das
Tu mano, cual si un limo
Que roba sol al agua
Me manchara el espíritu.
 
¿Sientes, cuando te doy
Mi mano, cual si un vivo
Río de claridades
Te limpiara el espíritu? 
 
¡INTELIGENCIA!
 
¡Inteligencia, dame
El nombre exacto de las cosas!
…Que mi palabra sea
La cosa misma,
Creada por mi alma nuevamente.
Que por mí vayan todos
Los que no las conocen, a las cosas;
Que por mí vayan todos
Los que ya las olvidan, a las cosas;
Que por mí vayan todos
Los mismos que las aman, a las cosas…
 
¡Inteligencia, dame
El nombre exacto, y tuyo,
Y suyo, y mío, de las cosas.
 
EL POEMA
 
¡No le toque ya más,
Que así es la rosa! 
 
AZUCENA Y SOL
 
Nada me importa sufrir,
Con tal de que tu suspires,
Por tu imposible yo,
Tú por mi imposible.
Nada me importa morir,
Si tu te mantienes libre,
Por tu imposible yo,
Tú por mi imposible. 
 
SI VAS DE PRISA…
 
Si vas de prisa,
El tiempo volará ante ti, como una
Mariposilla esquiva.
 
Si vas despacio,
el tiempo irá detrás de ti,
Como un buey manso.
 
 
 
 

sábado, 27 de octubre de 2012

EL JARDIN DEL AMOR

Desde los columpios anclados en la manga
al lado de los palos de mandarina y mango,
diviso sobre un pedestal, la virgen junto a la guadua
y a su diestra las astas muy cercas del patio.

Cubierto su piso de piedra y arena,
en donde las casetas hacen su agosto
y los jovencitos alrededor de las mesas
en las cafeterías, consumen de todo.

De amplios corredores de arcos describo mi colegio.
Las carteleras con mensajes de paz adornan los salones.
La Coordinación y la Rectoría son el espejo.

Se estudia a mañana y tarde con fuerza y con pudor,
vuelan mariposas y aves, se perciben  azahares,
y la estancia es agradable en el jardín del amor.

2 de Marzo de 1991

sábado, 6 de octubre de 2012

AQUILINO VILLEGAS HOYOS

Manizales, 1880 a 1940. Hijo de Ignacio y Ana y casado con Inés Jaramillo Montoya. Abogado, escritor, periodista, político, orador, ensayista, panfletista y poeta. Hizo parte de la manifestación cultural que se identifica con la gloria literaria del gran Caldas, es considerado el más grande de los caldenses. Estudió en el colegio Santo Tomás de Aquino de Manizales.

Participó en la guerra de los mil días y obtuvo el grado de oficial superior.

Como periodista y con su vasta cultura, fue director del diario La Patria y colaborador del Eco Republicano, La Revista, El Siglo y La Revista Colombiana. Como político, en 1903 fue Personero de su tierra natal, miembro de la Asamblea Constituyente de 1910, Senador en varios períodos,  ministro de Obras Públicas en el gobierno del General Pedro Nel Ospina, 1922; el cual marcó las pautas para el desarrollo del país a partir de un plan, bajo la dirección de sus dos ministros del ramo, Aquilino Villegas y Laureano Gómez. Militante y defensor del Partido Conservador. Como poeta, fue contertulio de la Gruta Simbólica, galardonado por versos propios y traducciones: Hombre de vasta cultura, prosista y bardo Parnasiano.  

Dentro de su obra se conoce: Creado en Roma: “Parábola de los asnos cargados de cosas preciosas” y su versión “Agonía de D’Anbunzio”.  1933: Obras Escogidas. 1934: Los libros: ¿Por qué soy conservador? Y la Moneda Ladrona; Ensayo sobre la sicología Bolivariana;  40 años de opinión; obras: póstumas: 1961: Escritos políticos; 1980: Las letras; la ciudad y los héroes. Otras obras: La Bella Durmiente; Balada de la mala reputación; Antifonario; Oración a la Catedral de Manizales; Agonía de D’Annunzio, premiada en 1904 en los juegos florales de la ciudad; Las Letras y los Hombres;  entre otras.  

BALADA DE LA MALA REPUTACIÓN  

Turba de burdos y patanes,
canalla vil de altos y bajos,
especieros ricachos, truhanes,
letrados sin letras, pingajos,
voy a hablaros sin ton ni son
y sin muchísimos afanes
de mi mala reputación.

Por Apolo y sus santos manes
juro, burgueses, estropajos,
inmundos, judíos, gañanes
periodistas que me dais tajos
rudos, vendidos arrendajos,
juro, repito, que razón
tenéis en hablar, perillanes,
de mi mala reputación.

Yo piso la tierra, rufianes,
duro y seco; no los cascajos
hieren mis plantes que titanes
graves destripan renacuajos,
por caminos y por atajos
sin ninguna mala intención.
No me guardo con talismanes
de la mala reputación.

Mi lengua azota, ganapanes,
y espolvorea los andrajos
de vuestras almas; mis desmanes
son carmines espantajos
que me quitan los calandrajos
de delante; tenéis razón
en helaros hasta los cuajos
por mi mala reputación.

Envío:
¡Príncipe! Échame diez jayanes
a las barbas, o una legión
de piojosos y hambrientos canes:
¡guay! con los fieros ademanes
de mi mala reputación.

Los estetas pelafustanes
que vais royendo los zancajos
a una plebe de almas inanes
cuyo espíritu, cual dornajos
inmundos, huele a cebo y ajos,
prestadme también atención
que allá va el hueso, horda de canes,
de mi mala reputación.

Y los que escondéis entre alanes
un alma mediocre, de bajos
sueños, alma de sacristanes;
los que apagáis entre lazajos
rojos y rezos, y cintajos
los latidos del corazón,
creed ¡oh dulces alacranes!
en mi mala reputación.

Sople, soplen los huracanes
sobre mi frente, que los gajos
de los enhiestos arrayanes
aman tan solo, y no los bajos
líquenes pisados de grajos.
Como el ápice de un peñón
que me azoten los huracanes
de mi mala reputación.
 

POEMA SUELTO TRADUCIDO: 

SI...


Si puedes estar firme cuando tiemblen de miedo
todos te señalen con vengativo dedo;
si cuando todos duden de ti, tú dices: Puedo
confiar en mí, y dejarlos en su pobre opinión;
si sabes esperar sin cansar la esperanza;
si contra la calumnia no opones la venganza;
si sabes ser odiado sin odiar; si en balanza
calculas tus miradas, de tu palabra el son.

Y puedes soñar sin vivir de tu sueño;
si haces de tu pensar un esclavo y no un dueño;
si al triunfo y al desastre con semblante risueño
-a ese par de impostores- los sabes domeñar;
si, frío, puedes ver la verdad de tu boca
urdida en redes para la muchedumbre loca,
o el barco de tu vida roto contra la roca
con el mellado escoplo volver a comenzar.

Si sabes arriesgar tu fortuna a montones
al azar misterioso de los pares y nones
y comenzar de nuevo a acumular doblones
y de tu desventura no murmurar después;
y si forzar pudieres tu corazón, tu anhelo,
tus nervios moribundos a servirte con celo.
¡Adelante! Aunque todo rodara por el suelo,
salvo el QUERER que grita para ti, ¡Vamos pues!

Si la plebe no mancha tu corazón erguido;
si el honor de los reyes no te roba el sentido;
si amigos y enemigos no te encuentran rendido;
si das la mano al hombre sin besarla jamás;
si puedes llenar cada minuto inaplazable
con sesenta segundos de vigor implacable...
La tierra será tuya y cuanto en ella es dable,
y lo que es más, un HOMBRE, hijo mío, serás.

Rudyard Kipling (India, 1865 - 1936)
Nobel de Literartura en 1907
Versión de Aquilino Villegas

sábado, 29 de septiembre de 2012

ESTACIONES DEL AÑO

PRIMAVERA:

Este tiempo de la vida que corre de prisa
Va dejando una estela con sin igual marca.
Ella queda para el mundo, igual que se desliza,
huellas inundadas de  fe y de esperanza.
En su apogeo mantiene el completo vigor
Como si fuera los inicios  y juventud de la vida;
En umbelas se agrupa igual que bella flor,
Cultivada en jardines de tierra consentida.

Es la primavera que cantan los turpiales,
Las alondras los canarios y sinsontes;
Son las cebas de ganados en corrales;
Son los árboles que se izan en los montes;
Son pampas cubiertas de exquisitas hierbas,
Aradas por el hombre con suficiente rigor;
son despensas de cultivos en reservas;
Y son capullos que germinan en la flor.

Es tan bella la temporada de primavera,
Que se presta para el romance entre dos:
La tertulia expresada se refleja abaniquera
Y los sentimientos de ambos, siguen en pos.
Es un cúmulo ¡en verdad! De devoción;
Pareciera que el instante nunca terminaría,
Pues se conjuga con profunda emoción;
Ya que de la primavera, embelesa su alegría.

 VERANO:

De la alegría primaveral al sofocante sudor.
De los días cortos a los días más largos.
Del clima suave al clima de calor abrazador.
Y de la ensoñación y el romance a los letargos.
Del celo donde se encubó la procreación animal,
Al cuido de los críos de familias ya nacidas;
Del tiempo del asueto al tiempo del agonal
Y las familias numerosas, a pradera cencida.

 Ya es otra etapa de la vida, es de fulgor
Porque la prole se ha crecido enseguida.
Las aves en la estancia currucutean de amor
Y las pampas se cubren de tinta colorida.
El romance que ayer nació, hoy se cristaliza.
La semilla que ayer se sembró, hoy germina.
El esfuerzo del hábil agrimensor futuriza:
Despensas llenas, y en el jardín, flor amarantina.

Del verano se rescatan: Los paseos de olla;
Los baños campestres en charcos de quebrada;
El buqué servido en elegante y vistosa charola;
Y recreación deportiva con pernoctar acampada.
En el verano también se siega lo sembrado;
Se recogen las flores que embellecerán los altares;
Se venderá en la feria: hatos de ganado cebado
Y la dulzura embotellada de mieles de los abejares.

OTOÑO:
 
Ya llenos los silos por almacenaje de cosechas
Y las arcas completas por ventas de lo cultivado;
Las tierras se preparan para iniciar barbechas
Y se reúnen las malezas en sitio seleccionado.
Los días se acortan y las temperaturas bajan;
Las lluvias se asoman para mojar lo labrado;
Y lo que ayer fue polvo las aguas hoy ablandan,
Preparando las tierras, para ser de nuevo arado.
 
Emigran las aves por el aumento del frío;
Escasea la comida y también el descobijo;
Otros lares volverán a aunar el amorío,
Otorgando alimento y un poco de cobijo.
Se vacían las plantas de sus verdosas hojas,
las praderas se cubren con su segundo heno.
De primavera y de verano, otoño es paradoja;
Mientras las partes bajas, se cubren de cieno.
 
Preparase entonces un nuevo momento:
Los ganados alimentarán del segundo heno.
Los capataces, atenderán a su asueto,
Que se hará presente, en próximo invierno,
Emigrando entonces aquellas familias
De recreo y sosiego e irán a otro lado;
Pues es tiempo de practicar las vigilias
En receso, por cansancio del tiempo pasado.

INVIERNO:

Las lluvias atropellan las estancias y praderas.
Los caudales se rebosan, la tierra se ablanda;
Por exceso de agua, destruyese las aguaderas;
Sólo de los silos almacenados, aparece la vianda.
Las haciendas se evacúan de sus moradores,
En el campo cuídale muy poco los eriales,
Los días y las noches consúmense aburridores,
Ya que en ninguna parte se celebran agonales.

Es tiempo de nostalgia y transición.
La tierra descansa, igual que el humano;
las aves han buscado otra acomodación
y los hombres han mudado hacia el altiplano.
Sólo humilde servidor: mantiene los ganados,
Tasa las comidas, otea y repara los linderos,
Conserva inmuebles y menajes abrigados,
Y reparados y colmados los abrevaderos.

Cuando estación invernal va llegando a su fin,
Aparece de nuevo el capataz en la hacienda,
Revisa y selecciona rebaños, eras y jardín
Y se prepara iniciar de nuevo, otra leyenda.
Pasaron primavera y verano aumentando arcas;
Más luego, el otoño y el invierno, mermándolas.
Esa es la vida de las estaciones en las comarcas,
Ritmo anualizado de labor, para ajustarlas.

Medellín, 16 Y 17 de marzo de 2012

 

 

sábado, 22 de septiembre de 2012

LOURDES ESPINOLA

Poeta y ensayista Paraguaya. Aunque odontóloga de profesión, desde muy joven se ha dedicado a la poesía. También colabora de manera regular en suplementos culturales y revistas literarias a nivel nacional e internacional. En 1973 apareció su primera obra: Visión del Arcángel en once puertas. A partir de esa fecha, Lourdes Espínola ha publicado varios otros poemarios que le han ganado dos premios literarios internacionales. De sus publicaciones, se destacan especialmente: Monocorde amarillo (1976), Almenas del silencio (1977), Ser mujer y otras desventuras (1985; ed. bilingüe: inglés-español), Tímpano y silencio (1986) y Partidas y regresos (1990). 

Su obra: A Vincent; In Memoriam Sor Juana; In Memoriam Simone; In Memoriam Camus;  a G. R. H.; para C. R. C.; In Memoriam Picasso; etc.
IN MEMORIAM
Sor Juana Inés de la Cruz

Y ser y no.
Ser mujer,
con manuscritos de internas visiones
nombrando la experiencia.
Traduces lenguas de tragedia,
mujer abriéndose
como ostra
que lleva
su cárcel por dentro.
El resto: soledad,
verbo y polvo
masticando los años.

Repetición de ademanes, miradas o palabras.
Con defensas en alto,
con mis viejas trampas
(acechos que creía ya dormidos).
Tus ojos, lengua de Eros,
con su llama verde apenas contenida.
Vienes rompiendo las murallas
de tímpanos vacíos
en las interminables venas del insomnio.

Estabas y no estás:
ni mis amores,
ni el feroz arañazo del recuerdo
te atrapó con tal fuerza y te retuvo.
Ni el hallazgo
de calladas memorias vegetales,
ni las piedras
calientes y redondas.
Ni el asombro del árbol orgulloso
mostrando
verdes frutos,
flores,
pistilos y raíces.
Nada.
Caminé avergonzada,
Casi como desnuda,
Con mejillas
con párpados,
Con pestañas,
con lágrimas.

Esclava de caprichos de tu verbo
mordiendo las arterias:
me penetras,
me curas,
me sojuzgas.
Fiel, triste, sombra a mi costado,
me cortas con tu filo;
me sangras
y modelas.
Sólo necesito tu venenoso beso, Poesía:
el aire está de más
cuando te tengo.

Como tierra maldita,
el centro de tu útero.
Como interminables esclavos
sin valor de mercado:
mujeres
pasan a otras manos,
pero nunca las suyas
aprisionarán su propio destino.

Tanto tiempo jugando a tus trampas,
tretas y vestiduras.
Te he mirado, Poesía, en ese instante,
justo antes de que tú me atrapes.
Despacio me seduces;
ni siquiera mi hombre se dio cuenta
que me envenenas
y me llevas traicionera
hasta el nunca más
de mi propio deseo.





sábado, 8 de septiembre de 2012

LA MISION DE MI ALMA

Aquella energía invisible
que corre por todo mi ser;
ausente de masa movible,
genera existencia, genera que hacer.

Sin esta energía mi ser muere.
O mejor dicho, cuando muero
esa energía se va... ¡doquiere!
Y mi cuerpo vuelve al suelo a cero.

Fui creado para hacer en esta tierra
una gestión. El espíritu en ese momento
al engendrarse a otro cuerpo se aferra

y se adentra en la luz que avanza,
para estribar del motivo el fundamento
que es la misión de mi alma.

Medellín, 18 de marzo de 2006


 

SENDEROS PRIMAVERALES

  Fuente Escondida Iba recorriendo senderos primaverales una tarde florida… Cuando en una fuente escondida hallé, en ensortijados de e...