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sábado, 8 de septiembre de 2012

LA MISION DE MI ALMA

Aquella energía invisible
que corre por todo mi ser;
ausente de masa movible,
genera existencia, genera que hacer.

Sin esta energía mi ser muere.
O mejor dicho, cuando muero
esa energía se va... ¡doquiere!
Y mi cuerpo vuelve al suelo a cero.

Fui creado para hacer en esta tierra
una gestión. El espíritu en ese momento
al engendrarse a otro cuerpo se aferra

y se adentra en la luz que avanza,
para estribar del motivo el fundamento
que es la misión de mi alma.

Medellín, 18 de marzo de 2006


 

sábado, 25 de agosto de 2012

MAESTRO RAMON VASQUEZ

La fortuna de Ramón: Un pincel, una paleta
con orificio para el pulgar y una base para el tinte,
en donde con maestría, repliega las tintas
para manchar el lienzo.

Manchas no…, tal vez sí, pero también líneas:
Trazos creadores de contornos y manchas
para crear fisonomías. Y una rúbrica igual,
que se atemperará en la eternidad.
 
¡Excelso maestro!: Admiro tu pintura,
que son rasgos poéticos desprendidos
del alma en momentos de sueños.

Noventa años: ¡Que andar tan diestro!
Para esta Antioquia “grande y altanera”
También tierra de Gregorio, Epifanio y Botero.

 Medellín, 25 de agosto de 2012

 

sábado, 18 de agosto de 2012

JUANA FERNANDEZ MORALES DE IBARBOUROU

Llamada Juana de Ibarbourou, poetisa Uruguaya, nace en Melo Uruguay en 1895 fallecida en Montevideo en 1979, a la edad de 84 años. A los 24 años contrajo matrimonio con el capitán Lucas Ibarbourou, del cual tomó su apellido para rubricar su obra poética.

Se inicia escribiendo poesía para los periódicos de Uruguay, especialmente el periódico La Razón. En 1919 publica: Las lenguas de diamante: … Bajo la luna-cobre, taciturnos amantes,/ con los ojos gimamos, con los ojos hablemos./ Serán nuestras pupilas dos lenguas de diamantes/ movidas por la magia de diálogos supremos.; 1920: El libro en prosa: Cántaro Fresco y en 1922: Raíz Salvaje: … ¡Ay, quisiera llevarte conmigo/ a dormir una noche en el campo/ y en tus brazos pasar hasta el día/ bajo el techo alocado de un árbol!...

En su trabajo se observa poesía modernista, la influencia de Rubén Darío de Juan Ramón Jiménez, pero en su propio estilo.

Le canta al amor a la maternidad a la naturaleza a la belleza física. En 1929: En el Palacio Legislativo de Uruguay, en ceremonia presidida por el poeta Uruguayo Zorrilla de San Martín, con la participación del Mexicano Alfonso Reyes, y con la rúbrica del Colombiano: José Vargas Vilas, los Peruanos: Ventura García y José Santos Chocano, se le proclamó como “Juana de América”.

Su poesía evolucionó al vanguardismo, rosando en imágenes surrealistas. Cantó a la virgen a San Isidro a la Biblia; y en 1934: cambió a la poesía mística.

Se publicaron sus libros: en 1950: Perdida, 1953: Azor, 1955: Romance del Destino; En 1953: En Madrid, se publicaron sus obras completas.

En 1950: Fue presidenta de la Sociedad Uruguaya de Escritores. En 1955: Fue premiada en el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid. En 1959: Se le otorgó el Gran Premio Nacional de Literatura. Su prosa se enfocó hacia el público infantil, 1927: Epistolario; 1944: Chico Carlo.

Su poesía es de una elocuencia maravillosa, con un estilo muy propio y a veces erótica. Fue muy admirada por los poetas españoles: Miguel de Unamuno: Leí su libro Las lenguas de diamantes: “primero con desconfianza y después con interés”, Juan Ramón Jiménez y Federico García Lorca.

Su obra poética: Amémonos; Amor; Así es la rosa; Bajo la lluvia; Como la primavera; El fuerte lazo; Estío; Hora morada; La cita; La enredadera; La hora; La promesa; Lacería; Las cuatro alas de abeja; Las Lenguas de diamante; Lo que soy para ti; Melancolía; Noche de lluvia; Raíz Salvaje; ¿Sueño?; Supremo triunfo; etc.

Catar este rico canto de nuestra “Juana de América” es la lúdica que se desparrama fresca, alegre, abierta como pétalos en florescencia de una pubertad. Pubertad, que deberá permanecer siempre como tal, sea cualquiera la edad de la persona. Por eso estos cuatro cantos se adaptan al ser en cualquiera época. ¡Declámelos! en la intimidad de su estudio, para que sienta esta gustación romántica. 

COMO LA PRIMAVERA

Como un ala negra tendí mis cabellos
sobre tus rodillas.
Cerrando los ojos su olor aspiraste
diciéndome luego:

-¿Duermes sobre piedras cubiertas de musgos?
¿Con ramas de sauces te atas las trenzas?
¿Tu almohada es de trébol? ¿Las tienes tan negras
porque acaso en ellas exprimiste un zumo
retinto y espeso de moras silvestres?


¡Qué fresca y extraña fragancia te envuelve!
Hueles a arroyuelos, a tierra y a selvas.
¿Qué perfume usas?

Y riendo le dije:
-¡Ninguno, ninguno!
Te amo y soy joven, huelo a primavera.


Este olor que sientes es de carne firme,
de mejillas claras y de sangre nueva.
¡Te quiero y soy joven, por eso es que tengo
las mismas fragancias de la primavera!

 TE DOY MI ALMA

Te doy mi alma desnuda,
como estatua a la cual ningún cendal escuda.

Desnuda como el puro impudor
de un fruto, de una estrella o una flor;

de todas esas cosas que tienen la infinita
serenidad de Eva antes de ser maldita.

De todas esas cosas,
frutos, astros y rosas.

Que no sienten vergüenza del sexo sin celajes
y a quienes nadie osara fabricarles ropajes.

¡Sin velos, como el cuerpo de una diosa serena
que tuviera una intensa blancura de azucena!

¡Desnuda, y toda abierta de par en par
por el ansia de amar!

LA HORA

Tómame ahora que aun es temprano
y que llevo dalias nuevas en la mano.

Tómame ahora que aun es sombría
esta taciturna cabellera mía.

Ahora que tengo la carne olorosa
y los ojos limpios y la piel de rosa.

Ahora que calza mi planta ligera
la sandalia viva de la primavera.

Ahora que mis labios repica la risa
como una campana sacudida a prisa.

Después..., ¡ah, yo sé
que ya nada de eso mas tarde tendré!

Que entonces inútil será tu deseo,
como ofrenda puesta sobre un mausoleo.

¡Tómame ahora que aun es temprano
y que tengo rica de nardos la mano!

Hoy, y no más tarde. Antes que anochezca
y se vuelva mustia la corola fresca.

Hoy, y no mañana. ¡Oh amante! ¿No ves
que la enredadera crecerá ciprés?

AMOR

El amor es fragante como un ramo de rosas.
Amando, se poseen todas las primaveras.
Eros trae en su aljaba las flores olorosas
de todas las umbrías y todas las praderas.

Cuando viene a mi lecho trae aroma de esteros,
de salvajes corolas y tréboles jugosos.
¡Efluvios ardorosos de nidos de jilgueros,
ocultos en los gajos de los ceibos frondosos!

¡Toda mi joven carne se impregna de esa esencia!
Perfume de floridas y agrestes primaveras
queda en mi piel morena de ardiente transparencia

perfumes de retamas, de lirios y glicinas.
Amor llega a mi lecho cruzando largas eras
y unge mi piel de frescas esencias campesinas.


viernes, 10 de agosto de 2012

CON EL FLAGELAR

Fustigo mi dolor profundamente
apartándole del seno de mi ser.
Cuántas veces me ha hecho padecer,
aún con la fe dentro de mi mente.
 
          ¡Oh momento tutelar que requiero!,
          para sanar el yo en meditación.
          Y al tenerle a él en comprensión,
          vences el turbión del mal con esmero.

Ya la angustia no será remolona
y huyendo buscará otro sitio,
encontrando quizás allí propicio,

          un lugar apto a la encerrona
          que en mi mente no puede enclocar
          porque le expulso con el flagelar.


5 de febrero de 1992


viernes, 27 de julio de 2012

EDUARDO CARRANZA FERNANDEZ

Nace en Apiay, Llanos Orientales Colombianos en 1913 y fallece a los 72 años en Bogotáen 1985, fue bautizado con el nombre de Januario Eduardo. En 1918 muere su señor padre; doña Mercedes, su madre, se traslada con su familia al municipio de Chipaque Cundinamarca. Comienza su escolaridad en el colegio La Presentación de las Hermanas de la Caridad. En su poema El sol de los venados, Eduardo Carranza (nombre poético que toma olvidándose de Januario) recuerda a Cáqueza y su río. 
A los 12 años, 1925, es becado e internado en la Escuela Normal Central regentada por hermanos cristianos en Bogotá.
A los 14 años, 1927, inicia sus prácticas de maestro de escuela en el instituto anexo a la Normal.
A los 18 años, 1930, se gradúa con el título de Maestro de Escuela Elemental y se radica en Ubaté Cundinamarca como vice-rector. Se inicia en la poesía y ha escrito Poema con una sola mano.
A la edad de 19 años, 1932, dicta literatura Española y Universal en el Colegio Nuestra Señora del Rosario. Participa en las tertulias literarias que se reúnen en el café Victoria donde conoce a Tomás Rueda Vargas. También incursiona en la política. Funda Acción Nacionalista Popular, 1933 a 1939.
A los 25 años, 1938,  dirige en compañía de Jorge Rojas y Carlos Martín, Altiplano, Gaceta Literaria. Dirigió también la Revista del Rosario, la Revista de las Indias, la Revista de la Universidad de los Andes y el "Suplemento Literario" de El Tiempo, diario del que fue columnista, así como lo fue de los diarios ABC de Madrid y El Nacional de Caracas.
A los 26 años, 1939, con los poetas de la época, bajo la dirección de Jorge Rojas, hacen circular, las ediciones Piedra y Cielo, además aparecen textos poéticos de Tomás Vargas Osorio y Arturo Camacho Ramírez.
Para ese entonces, la poesía tenía especial mención en los periódicos que se editaban: no solamente daban a conocer las obras poéticas, sino que habrían espacios para que los poetas opinaran.

A los 28 años, 1941, se convierte en el eje poético del país. Publica en El Tiempo un texto defendiendo la poesía de Eduardo Castillo y criticando la de Guillermo Valencia. Baldomero Sanín Cano lo controvierte y el poeta se defiende con un nuevo artículo que titula Un Caso de Bardolatría. Juan Lozano y Lozano arremete contra los  piedracelistas.
A los 30 años, 1943, es elegido miembro de la Academia Colombiana de la Lengua. Se casa con Rosita Coronado en la ciudad de Armenia. Viaja a Chile donde desarrolla una vida literaria alrededor de Neruda, Vicente Huidobro y Nicanor Parra, entre otros. Se desempeña como profesor de literatura hispánica en el Instituto Pedagógico de Chile. Retorna a Colombia y es nombrado director de la Biblioteca Nacional.
Es nombrado consejero cultural en la Embajada en España, para donde se traslada con su familia. A partir de ese momento toda su vida gira en la diplomacia y en los congresos literarios.
A los 45 años, 1958, regresa a Colombia, posesionándose en la Academia Colombiana de la Lengua.
A los 48 años, 1961, presenta el libro Si mañana despierto del poeta Jorge Gaitán Durán y al año siguiente recibe los restos del anteriormente homenajeado que muere en un accidente de aviación.
A los 57 años, 1970, la Biblioteca Luis Angel Arango de Bogotá, le encarga el prólogo de la obra poética de Julio Flórez.
Pasó de la poesía modernista Francesa a la hispánica clásica moderna.
Su producción poética está contenida en las siguientes obras:
1939: Seis elegías y un himno; 1947: Diciembre azul; 1957: El olvido y la alhambra; 1967: La poesía del heroísmo y la esperanza; 1968: El corazón escrito; 1970: Los pasos cantados; 1973: Los días que ahora son sueños: 1974: El olvido y otros poemas; 1975: Hablar soñando y otras alucinaciones; 1976: Leyendas del corazón y otras páginas abandonadas; y 1978: Un corazón de patria y de melancolía.
A los 72 años, 1985, fallece el maestro. En Bogotá.
En 1986, publicación póstuma: Visión estelar de la poesía colombiana: Compilación de ensayos, crónicas y notas críticas.
En 1990, el gobierno colombiano crea el Premio Eduardo Carranza de Literatura, ganado en su primera edición por el escritor español José Antonio Gabriel con la novela Muchos Años Después. 

SONETO CON UNA SALVEDAD 

Todo está bien: el verde en la pradera,
el aire con su silbo de diamante
y en el aire la rama dibujante
y por la luz arriba la palmera.

Todo está bien: la frente que me espera,
el agua con su cielo caminante,
el rojo húmedo en la boca amante
y el viento de la patria en la bandera.

Bien que sea entre sueños el infante,
que sea enero azul y que yo cante.
Bien la rosa en su claro palafrén.

Bien está que se viva y que se muera.
El Sol, la Luna, la creación entera,
salvo mi corazón, todo está bien.
 

ES MELANCOLÍA 

Te llamarás silencio en adelante.
Y el sitio que ocupabas en el aire
se llamará melancolía.

Escribiré en el vino rojo un nombre:
el tu nombre que estuvo junto a mi alma
sonriendo entre violetas.

Ahora miro largamente, absorto,
esta mano que anduvo por tu rostro,
que soñó junto a ti.

Esta mano lejana, de otro mundo
que conoció una rosa y otra rosa,
y el tibio, el lento nácar.

Un día iré a buscarme, iré a buscar
mi fantasma sediento entre los pinos
y la palabra amor.

Te llamarás silencio en adelante.
Lo escribo con la mano que aquel día
iba contigo entre los pinos.



sábado, 21 de julio de 2012

LOS REDITOS

El camino se truncó en varias opciones:
El bien o el mal
La alegría o la tristeza
La lucha o la facilidad
Lo lógico o lo ilógico.

Había que escoger y me orienté:
Elegí el bien,
que aunque difícil,
llenaba la vida de fortalezas.
Elegí la alegría,
que aunque no siempre alborozado,
cuando lo estaba,
llenaba la vida de felicidad.
Elegí la lucha,
que aunque la meta estaba lejos,
cuando la alcanzaba,
estaba en el primer estrado del polio.
Elegí lo lógico,
que cuando hallé disyuntivas,
siempre acerté la solución.

Abandoné entonces:
El mal, la tristeza, la facilidad y lo ilógico;
y ya no me quejo porque mi vida está:
En el bien en la alegría en la lucha y en lo lógico,
que son, las que me han dado los réditos.

Medellín, 10 de julio de 2012




sábado, 14 de julio de 2012

RAFAEL DE LEON Y ARIAS DE SAAVEDRA

Nació en Sevilla España el 6 de febrero de 1908, en la misma calle en donde nació Manuel Machado. En el bautismo se le impuso un nombre muy corriente entre la nobleza y la alta burguesía: El nombre del poeta era: RAFAEL MARIA, JOSÉ, JERÓNIMO, DOROTEO, ALBERTO, MELCHOR a los cuales hay que agregarles los apellidos de sus señores padres.

Sus padres, condes de Gómara, José de León y Manjón y María Justa Arias de Saavedra y Pérez de Vargas. 

En las fiestas académicas y en las veladas de las juventudes se escuchaba al declamador de turno:

Mira como se me pone
La piel cuando te recuerdo…

Por la garganta me sube
Un río de sangre fresco
De la herida que atraviesa
De parte a parte mi cuerpo.
Tengo clavos en las manos
Y cuchillos en los dedos
… Y en mi sien una corona
Hecha de alfileres negros.
…………………….
Todos aprendíamos el poema, pero nunca se recordaba el nombre del poeta, Rafael de León, ni tampoco se daba crédito a éste. 

En 1916, ingresó a estudiar en el colegio jesuita San Luis Gonzaga del Puerto de Santa María en Cádiz, donde también lo hacía Rafael Alberti; y pasó, Juan Ramón Jiménez.

En 1926, inicia derecho en la universidad de Granada, donde conoce a Federico García Lorca estableciendo buena amistad e incluso, contaminación de estilo. 

No fue hostil con la caída de la monarquía en 1931, a pesar de su noble abolengo.

No se le conoce trabajo alguno relacionado con sus estudios, pues sus rentas paternas fueron lo suficientemente caudalosas para permitirse una vida de cafés y teatros en Sevilla, la cual le permitió conocer a Antonio García Padilla llamado “Kola”, padre de la actriz  y cantante Carmen Sevilla. También conoció a Conchita Piquer, que actuaba en el teatro Lope de Vega, quien tomó del poeta, letras, para cantarlas con su voz. 

En 1932 forma el trío Quintero, León y Quiroga (Manuel Quiroga – músico sevillano - , Rafael de León – poeta -  y Antonio Quintero – autor teatral). Al estallar la guerra civil española, Rafael de León encontrándose en Barcelona, es encarcelado acusado de monárquico y derechista. En la cárcel hace valer su condición neutral y simpatizante de la causa republicana y manifiesta tener amistad con los poetas republicanos: Federico García Lorca, Antonio Machado y León Felipe. 

Hace parte de los creadores del Folclor Español en donde se loaba con arte y exageración todo lo español. Colaboró con los guiones cinematográficos chabacanos de excesivo españolismo que congraciaba a la España oficial. Esto lo fue llevando al ostracismo en compañía con su trío y se fue borrando lentamente su obra de canciones y poesías. Por eso es que, se declaman sus poemas, pero se ignora su autor. 

Muere el 9 de diciembre de 1982 en el rotundo olvido. 

1941 se publica el libro: “Pena y alegría del amor”; 1943 el segundo libro: “Jardín de papel”; en ese mismo año aparece en Chile un tercer libro “amor de cuando en cuando”; en compañía de Antonio Quintero miles de letras de canciones, entre las que están: Profecía; Romance de la serrana loca. Con Antonio García Padilla, Kola, las letras: coplas; cinelandia; cine sonoro; Arturo; la deseada; etc. Colaboraron también con el poeta en sus letras: El argentino Salvador Valverde; Xandro Valerio – poeta -. 

En su carrera de letrista escribió también para los cantantes: Rhafael, Nino Bravo, Rocío Durcal, Isabel Pantoja. Ganó el primer premio en la tercera edición (1961) con la canción titulada “enamorada” en el festival de la canción de Benidorm; también a la mejor letra “Quisiera”. 

La música de sus letras fueron compuestas por: Manuel Quiroga; Juan Solano; Augusto Algueró; y Manuel Alejandro. 

PENA Y ALEGRÍA DEL AMOR 

Mira cómo se me pone
la piel, cuando te recuerdo...

Por la garganta me sube
un río de sangre fresco
de la herida que atraviesa
de parte a parte mi cuerpo.
Tengo clavos en las manos
y cuchillos en los dedos
y en mi sien una corona
hecha de alfileres negros.

Mira cómo se me pone
la piel cada vez que me acuerdo
que soy un hombre casao
y sin embargo, te quiero.
Entre tu casa y mi casa
hay un muro de silencio,
de ortigas y de chumberas,
de cal, de arena, de viento,
de madreselvas oscuras
y de vidrios en acecho.
Un muro para que nunca
lo pueda saltar el pueblo,
que está rondando la llave
que guarda nuestro secreto.
¡Y yo sé bien que me quieres!
¡Y tú sabes que te quiero!
¡Y lo sabemos los dos
y nadie puede saberlo!  

¡Ay pena, penita, pena
de nuestro amor en silencio!
¡Ay, qué alegría, alegría
quererte como te quiero! 
Cuando por la noche a solas
me quedo con tu recuerdo,
derribaría la pared
que separa nuestro sueño,
rompería con mis manos
de tu cancela los hierros,
con tal de verme a tu vera,
tormento de mis tormentos,
y te estaría besando
hasta quitarte el aliento,
y luego,  qué se me daba
quedarme en tus brazos muerto.  

¡Ay, qué alegría y qué pena
quererte como te quiero!  

Nuestro amor es agonía,
luto, angustia, llanto, miedo,
muerte, pena, sangre, vida,
luna, rosa, sol y viento.  

Es morirse a cada paso
y seguir viviendo luego,
con una espada de punta
siempre prendida del pecho.
Salgo de mi casa al campo
solo con tu pensamiento,
por acariciar a solas
la tela de aquel pañuelo
que se te cayó un domingo
cuando venías al pueblo
y que no te he dicho nunca,
mi vida, que yo lo tengo.
Y lo estrujo entre mis manos
lo mismo que un limón nuevo,
y miro tus iniciales
y las repito en silencio
para que ni el campo sepa
lo que yo te estoy queriendo.

Ayer, en la Plaza Nueva,
- vida, no vuelvas a hacerlo-
te vi besar a mi niño,
a mi niño, el más pequeño,
y cómo lo besarías,
¡ay, Virgen de los Remedios!
que fue la primera vez
que a mí me distes un beso.
Llegué corriendo a mi casa,
alcé a mi niño del suelo
y sin que nadie me viera,
como un ladrón en acecho,
en su cara de amapola
mordió mi boca tu beso. 

¡Ay, qué alegría y qué pena
quererte como te quiero!  

Mira, pase lo que pase,
aunque se hunda el firmamento,
aunque tu nombre y el mío
lo pisoteen por el suelo,
aunque la tierra se abra
y aun cuando  lo sepa el pueblo
y ponga nuestra bandera
de amor, a los cuatro vientos,
sígueme queriendo así
tormento de mis tormentos.  

¡Ay, qué alegría y qué pena
quererte como te quiero


SONETO 

Bebiéndome la dulce primavera
me sorprendió la tarde junto al río
y pude contemplar a mi albedrío
el idilio del agua y la palmera.  

Me zambullí desnudo en la pecera
buscando un corazón igual que el mío,
y no encontré ni un faro ni un navío
que me hiciera señales de bandera.  

La noche iba saltando por la orilla
y puso en mi cabeza despeinada
el filo verde-azul de su cuchilla.  

Mas cuando ya se ahogaba mi fortuna,
quiso el viento mandarle a mi jugada
el blanco salvavidas de la luna.






SENDEROS PRIMAVERALES

  Fuente Escondida Iba recorriendo senderos primaverales una tarde florida… Cuando en una fuente escondida hallé, en ensortijados de e...