Buscar este bloghhttps://www.canticoprimaveral.blogspot.com

viernes, 27 de julio de 2012

EDUARDO CARRANZA FERNANDEZ

Nace en Apiay, Llanos Orientales Colombianos en 1913 y fallece a los 72 años en Bogotáen 1985, fue bautizado con el nombre de Januario Eduardo. En 1918 muere su señor padre; doña Mercedes, su madre, se traslada con su familia al municipio de Chipaque Cundinamarca. Comienza su escolaridad en el colegio La Presentación de las Hermanas de la Caridad. En su poema El sol de los venados, Eduardo Carranza (nombre poético que toma olvidándose de Januario) recuerda a Cáqueza y su río. 
A los 12 años, 1925, es becado e internado en la Escuela Normal Central regentada por hermanos cristianos en Bogotá.
A los 14 años, 1927, inicia sus prácticas de maestro de escuela en el instituto anexo a la Normal.
A los 18 años, 1930, se gradúa con el título de Maestro de Escuela Elemental y se radica en Ubaté Cundinamarca como vice-rector. Se inicia en la poesía y ha escrito Poema con una sola mano.
A la edad de 19 años, 1932, dicta literatura Española y Universal en el Colegio Nuestra Señora del Rosario. Participa en las tertulias literarias que se reúnen en el café Victoria donde conoce a Tomás Rueda Vargas. También incursiona en la política. Funda Acción Nacionalista Popular, 1933 a 1939.
A los 25 años, 1938,  dirige en compañía de Jorge Rojas y Carlos Martín, Altiplano, Gaceta Literaria. Dirigió también la Revista del Rosario, la Revista de las Indias, la Revista de la Universidad de los Andes y el "Suplemento Literario" de El Tiempo, diario del que fue columnista, así como lo fue de los diarios ABC de Madrid y El Nacional de Caracas.
A los 26 años, 1939, con los poetas de la época, bajo la dirección de Jorge Rojas, hacen circular, las ediciones Piedra y Cielo, además aparecen textos poéticos de Tomás Vargas Osorio y Arturo Camacho Ramírez.
Para ese entonces, la poesía tenía especial mención en los periódicos que se editaban: no solamente daban a conocer las obras poéticas, sino que habrían espacios para que los poetas opinaran.

A los 28 años, 1941, se convierte en el eje poético del país. Publica en El Tiempo un texto defendiendo la poesía de Eduardo Castillo y criticando la de Guillermo Valencia. Baldomero Sanín Cano lo controvierte y el poeta se defiende con un nuevo artículo que titula Un Caso de Bardolatría. Juan Lozano y Lozano arremete contra los  piedracelistas.
A los 30 años, 1943, es elegido miembro de la Academia Colombiana de la Lengua. Se casa con Rosita Coronado en la ciudad de Armenia. Viaja a Chile donde desarrolla una vida literaria alrededor de Neruda, Vicente Huidobro y Nicanor Parra, entre otros. Se desempeña como profesor de literatura hispánica en el Instituto Pedagógico de Chile. Retorna a Colombia y es nombrado director de la Biblioteca Nacional.
Es nombrado consejero cultural en la Embajada en España, para donde se traslada con su familia. A partir de ese momento toda su vida gira en la diplomacia y en los congresos literarios.
A los 45 años, 1958, regresa a Colombia, posesionándose en la Academia Colombiana de la Lengua.
A los 48 años, 1961, presenta el libro Si mañana despierto del poeta Jorge Gaitán Durán y al año siguiente recibe los restos del anteriormente homenajeado que muere en un accidente de aviación.
A los 57 años, 1970, la Biblioteca Luis Angel Arango de Bogotá, le encarga el prólogo de la obra poética de Julio Flórez.
Pasó de la poesía modernista Francesa a la hispánica clásica moderna.
Su producción poética está contenida en las siguientes obras:
1939: Seis elegías y un himno; 1947: Diciembre azul; 1957: El olvido y la alhambra; 1967: La poesía del heroísmo y la esperanza; 1968: El corazón escrito; 1970: Los pasos cantados; 1973: Los días que ahora son sueños: 1974: El olvido y otros poemas; 1975: Hablar soñando y otras alucinaciones; 1976: Leyendas del corazón y otras páginas abandonadas; y 1978: Un corazón de patria y de melancolía.
A los 72 años, 1985, fallece el maestro. En Bogotá.
En 1986, publicación póstuma: Visión estelar de la poesía colombiana: Compilación de ensayos, crónicas y notas críticas.
En 1990, el gobierno colombiano crea el Premio Eduardo Carranza de Literatura, ganado en su primera edición por el escritor español José Antonio Gabriel con la novela Muchos Años Después. 

SONETO CON UNA SALVEDAD 

Todo está bien: el verde en la pradera,
el aire con su silbo de diamante
y en el aire la rama dibujante
y por la luz arriba la palmera.

Todo está bien: la frente que me espera,
el agua con su cielo caminante,
el rojo húmedo en la boca amante
y el viento de la patria en la bandera.

Bien que sea entre sueños el infante,
que sea enero azul y que yo cante.
Bien la rosa en su claro palafrén.

Bien está que se viva y que se muera.
El Sol, la Luna, la creación entera,
salvo mi corazón, todo está bien.
 

ES MELANCOLÍA 

Te llamarás silencio en adelante.
Y el sitio que ocupabas en el aire
se llamará melancolía.

Escribiré en el vino rojo un nombre:
el tu nombre que estuvo junto a mi alma
sonriendo entre violetas.

Ahora miro largamente, absorto,
esta mano que anduvo por tu rostro,
que soñó junto a ti.

Esta mano lejana, de otro mundo
que conoció una rosa y otra rosa,
y el tibio, el lento nácar.

Un día iré a buscarme, iré a buscar
mi fantasma sediento entre los pinos
y la palabra amor.

Te llamarás silencio en adelante.
Lo escribo con la mano que aquel día
iba contigo entre los pinos.



sábado, 21 de julio de 2012

LOS REDITOS

El camino se truncó en varias opciones:
El bien o el mal
La alegría o la tristeza
La lucha o la facilidad
Lo lógico o lo ilógico.

Había que escoger y me orienté:
Elegí el bien,
que aunque difícil,
llenaba la vida de fortalezas.
Elegí la alegría,
que aunque no siempre alborozado,
cuando lo estaba,
llenaba la vida de felicidad.
Elegí la lucha,
que aunque la meta estaba lejos,
cuando la alcanzaba,
estaba en el primer estrado del polio.
Elegí lo lógico,
que cuando hallé disyuntivas,
siempre acerté la solución.

Abandoné entonces:
El mal, la tristeza, la facilidad y lo ilógico;
y ya no me quejo porque mi vida está:
En el bien en la alegría en la lucha y en lo lógico,
que son, las que me han dado los réditos.

Medellín, 10 de julio de 2012




sábado, 14 de julio de 2012

RAFAEL DE LEON Y ARIAS DE SAAVEDRA

Nació en Sevilla España el 6 de febrero de 1908, en la misma calle en donde nació Manuel Machado. En el bautismo se le impuso un nombre muy corriente entre la nobleza y la alta burguesía: El nombre del poeta era: RAFAEL MARIA, JOSÉ, JERÓNIMO, DOROTEO, ALBERTO, MELCHOR a los cuales hay que agregarles los apellidos de sus señores padres.

Sus padres, condes de Gómara, José de León y Manjón y María Justa Arias de Saavedra y Pérez de Vargas. 

En las fiestas académicas y en las veladas de las juventudes se escuchaba al declamador de turno:

Mira como se me pone
La piel cuando te recuerdo…

Por la garganta me sube
Un río de sangre fresco
De la herida que atraviesa
De parte a parte mi cuerpo.
Tengo clavos en las manos
Y cuchillos en los dedos
… Y en mi sien una corona
Hecha de alfileres negros.
…………………….
Todos aprendíamos el poema, pero nunca se recordaba el nombre del poeta, Rafael de León, ni tampoco se daba crédito a éste. 

En 1916, ingresó a estudiar en el colegio jesuita San Luis Gonzaga del Puerto de Santa María en Cádiz, donde también lo hacía Rafael Alberti; y pasó, Juan Ramón Jiménez.

En 1926, inicia derecho en la universidad de Granada, donde conoce a Federico García Lorca estableciendo buena amistad e incluso, contaminación de estilo. 

No fue hostil con la caída de la monarquía en 1931, a pesar de su noble abolengo.

No se le conoce trabajo alguno relacionado con sus estudios, pues sus rentas paternas fueron lo suficientemente caudalosas para permitirse una vida de cafés y teatros en Sevilla, la cual le permitió conocer a Antonio García Padilla llamado “Kola”, padre de la actriz  y cantante Carmen Sevilla. También conoció a Conchita Piquer, que actuaba en el teatro Lope de Vega, quien tomó del poeta, letras, para cantarlas con su voz. 

En 1932 forma el trío Quintero, León y Quiroga (Manuel Quiroga – músico sevillano - , Rafael de León – poeta -  y Antonio Quintero – autor teatral). Al estallar la guerra civil española, Rafael de León encontrándose en Barcelona, es encarcelado acusado de monárquico y derechista. En la cárcel hace valer su condición neutral y simpatizante de la causa republicana y manifiesta tener amistad con los poetas republicanos: Federico García Lorca, Antonio Machado y León Felipe. 

Hace parte de los creadores del Folclor Español en donde se loaba con arte y exageración todo lo español. Colaboró con los guiones cinematográficos chabacanos de excesivo españolismo que congraciaba a la España oficial. Esto lo fue llevando al ostracismo en compañía con su trío y se fue borrando lentamente su obra de canciones y poesías. Por eso es que, se declaman sus poemas, pero se ignora su autor. 

Muere el 9 de diciembre de 1982 en el rotundo olvido. 

1941 se publica el libro: “Pena y alegría del amor”; 1943 el segundo libro: “Jardín de papel”; en ese mismo año aparece en Chile un tercer libro “amor de cuando en cuando”; en compañía de Antonio Quintero miles de letras de canciones, entre las que están: Profecía; Romance de la serrana loca. Con Antonio García Padilla, Kola, las letras: coplas; cinelandia; cine sonoro; Arturo; la deseada; etc. Colaboraron también con el poeta en sus letras: El argentino Salvador Valverde; Xandro Valerio – poeta -. 

En su carrera de letrista escribió también para los cantantes: Rhafael, Nino Bravo, Rocío Durcal, Isabel Pantoja. Ganó el primer premio en la tercera edición (1961) con la canción titulada “enamorada” en el festival de la canción de Benidorm; también a la mejor letra “Quisiera”. 

La música de sus letras fueron compuestas por: Manuel Quiroga; Juan Solano; Augusto Algueró; y Manuel Alejandro. 

PENA Y ALEGRÍA DEL AMOR 

Mira cómo se me pone
la piel, cuando te recuerdo...

Por la garganta me sube
un río de sangre fresco
de la herida que atraviesa
de parte a parte mi cuerpo.
Tengo clavos en las manos
y cuchillos en los dedos
y en mi sien una corona
hecha de alfileres negros.

Mira cómo se me pone
la piel cada vez que me acuerdo
que soy un hombre casao
y sin embargo, te quiero.
Entre tu casa y mi casa
hay un muro de silencio,
de ortigas y de chumberas,
de cal, de arena, de viento,
de madreselvas oscuras
y de vidrios en acecho.
Un muro para que nunca
lo pueda saltar el pueblo,
que está rondando la llave
que guarda nuestro secreto.
¡Y yo sé bien que me quieres!
¡Y tú sabes que te quiero!
¡Y lo sabemos los dos
y nadie puede saberlo!  

¡Ay pena, penita, pena
de nuestro amor en silencio!
¡Ay, qué alegría, alegría
quererte como te quiero! 
Cuando por la noche a solas
me quedo con tu recuerdo,
derribaría la pared
que separa nuestro sueño,
rompería con mis manos
de tu cancela los hierros,
con tal de verme a tu vera,
tormento de mis tormentos,
y te estaría besando
hasta quitarte el aliento,
y luego,  qué se me daba
quedarme en tus brazos muerto.  

¡Ay, qué alegría y qué pena
quererte como te quiero!  

Nuestro amor es agonía,
luto, angustia, llanto, miedo,
muerte, pena, sangre, vida,
luna, rosa, sol y viento.  

Es morirse a cada paso
y seguir viviendo luego,
con una espada de punta
siempre prendida del pecho.
Salgo de mi casa al campo
solo con tu pensamiento,
por acariciar a solas
la tela de aquel pañuelo
que se te cayó un domingo
cuando venías al pueblo
y que no te he dicho nunca,
mi vida, que yo lo tengo.
Y lo estrujo entre mis manos
lo mismo que un limón nuevo,
y miro tus iniciales
y las repito en silencio
para que ni el campo sepa
lo que yo te estoy queriendo.

Ayer, en la Plaza Nueva,
- vida, no vuelvas a hacerlo-
te vi besar a mi niño,
a mi niño, el más pequeño,
y cómo lo besarías,
¡ay, Virgen de los Remedios!
que fue la primera vez
que a mí me distes un beso.
Llegué corriendo a mi casa,
alcé a mi niño del suelo
y sin que nadie me viera,
como un ladrón en acecho,
en su cara de amapola
mordió mi boca tu beso. 

¡Ay, qué alegría y qué pena
quererte como te quiero!  

Mira, pase lo que pase,
aunque se hunda el firmamento,
aunque tu nombre y el mío
lo pisoteen por el suelo,
aunque la tierra se abra
y aun cuando  lo sepa el pueblo
y ponga nuestra bandera
de amor, a los cuatro vientos,
sígueme queriendo así
tormento de mis tormentos.  

¡Ay, qué alegría y qué pena
quererte como te quiero


SONETO 

Bebiéndome la dulce primavera
me sorprendió la tarde junto al río
y pude contemplar a mi albedrío
el idilio del agua y la palmera.  

Me zambullí desnudo en la pecera
buscando un corazón igual que el mío,
y no encontré ni un faro ni un navío
que me hiciera señales de bandera.  

La noche iba saltando por la orilla
y puso en mi cabeza despeinada
el filo verde-azul de su cuchilla.  

Mas cuando ya se ahogaba mi fortuna,
quiso el viento mandarle a mi jugada
el blanco salvavidas de la luna.






sábado, 30 de junio de 2012

ODA A ATENAS

De la cabeza de Zeus naces... ¡OH Palas Atenea!
Diosa Griega, divinidad epónima  de Atenas,
capital de Ática frente a Eubea .
Escritores, oradores y poetas te expresan cantilenas;
deidad de la sabiduría, las artes, la ciencia;
diosa de la industria y de la guerra.

Griegos y atenienses te reclaman con insistencia,
porque eres ídolo de su amada tierra.
Ateneo, inspiró el nombre de tus templos.
Pericles te construyó el Partenón Dórico,
para que allí tus virtudes fueran ejemplo.
Y en el teatro de Dionisio, Esquilo fue anafórico.

El Partenón albergó la Atenea en oro y marfil,
edificada y realizada por Fidias...
E Ictinio, de la Arquitectura, plasmó su perfil;
y el Odeón de Herodes Ático, hoy es envidia,
por ser escenario permanente del festival de Atenas.
Sí Cervantes hubiera conocido la diosa, la habría hecho dulcinea.

Y en honor: Sófocles y Eurípides... ¡sonarían las quenas!;
mientras, Cécrope, fundador de Atenas, la haría su ginea .
De la plataforma de Atenea Niké, templo jónico, Egeo,
esperanzado del triunfo de su hijo, alcanzó la muerte
al divisar la nave izada de velas negras por blancas de Teseo:
Quien mató al Minotauro, ayudado por Adriana, que lo hizo fuerte.

Llega el recuerdo del poeta Borges con Asterión:
para él, Asterión o Asteria, es el otro Minotauro
que carece de conciencia, según su descripción,
entre el bien y el mal... por ser Centauro .
Pone en la mente de Asterión su forma de pensar;
mientras el mundo exterior le produce indefensión .

El laberinto es la mente, en donde se puede versar,
y la esperanza que un día le redimirá la creación.

Tú historia antigua en la moderna...
Se escucha como una canción: Oda a Atenas.

Medellín, del 19 al 30 de diciembre de 2005

sábado, 16 de junio de 2012

ANTE DIOS

He estado esperando nuevos instantes
para aliviar así la mala atmósfera.
He colocado puntos equidistantes
Copando el alma de nueva aurora.

¿Qué buen momento siento en esta hora
que el alma ilumina de algo brillante?.
Otro estado el espíritu ya no añora,
todo es paz, todo es cercano, todo es amable.

¿Qué mundo es éste, tan lindo e inmenso
que atrae todas las fuerzas hacia el amor?
yo no me cambio jamás en el universo,

pues tengo amplios el alma y el corazón.
Ya no me queda sino el instante de agradecerlo,
de arrodillarme y descubrirme delante Dios.


25 de febrero de 1985

sábado, 9 de junio de 2012

PORFIRIO BARBA JACOB

Porfirio Barba Jacob (seudónimo de Miguel Ángel Osorio Benítez) nació el 29 de julio de 1883 en Santa Rosa de Osos y murió tuberculoso en Ciudad de México, el 14 de enero de 1942. Hijo de Antonio María y Pastora, se crió con sus abuelos en Angostura y en 1895 inició su peregrinaje, que lo llevó por varias ciudades del país y, a partir de 1907, a Centroamérica y Estados Unidos.
Luego de fundar en Bogotá, 1902, el periódico literario El Cancionero Antioqueño, que dirigió como Marín Jiménez, escribió la novela Virginia que nunca vio la luz pues los originales fueron incautados por el alcalde de Santa Rosa por inmoral. En 1906-1907 en Barranquilla escribió sus primeros poemas que hicieron parte de Campiña Florida (1907) donde apareció su más conocido poema: Parábola de la vida profunda. Entonces adoptó el seudónimo de Ricardo Arenales, que usó hasta 1922, cuando en Guatemala, lo cambió por Barba Jacob que conservó hasta su muerte. Se cree que ese cambio ocurrió porque un homónimo de Ricardo Arenales tenía antecedentes judiciales.
Utilizó otros seudónimos: Juan Sin Miedo, Juan Sin Tierra, Juan Azteca, Junius Cálifax, Almafuerte, El Corresponsal Viajero y otros más. En Centroamérica, México y Estados Unidos, Colaboró en periódicos y revistas. Fue amigo de Porfirio Díaz, por lo que tuvo que huir a Guatemala de donde tuvo que salir en 1915 por desacuerdo con Manuel Estrada Cabrera. Viajó a Cuba.
En 1918 retornó a México y vivió en Ciudad Juárez, El Paso y San Antonio, donde se dice que escribió una perdida biografía de Pancho Villa. En 1922 fue expulsado por Obregón y tuvo que radicarse en Guatemala de donde fue sacado, en 1924, por el general Ubico. Se instaló en El Salvador y fue deportado por el presidente Quiñones. Vivió entonces como cura en Honduras, luego fue a Nueva Orleans y Cuba. En 1926 viajó a Lima. En 1927 regresó a Colombia; tras algunos recitales y colaborar en periódicos, se marchó para no volver. Vivió nuevamente en Cuba, en donde conoció a Federico García Lorca. En 1930 se radicó definitivamente en México.
Alguna obras del poeta: Futuro; Canción de la vida profunda; Balada de la loca alegría; Canción del tiempo y del espacio; Soberbia; El son del viento; Los desposados de la muerte; entre otras.

CANCIÓN DEL TIEMPO Y EL ESPACIO

El dulce niño pone el sentimiento
entre la pompa de jabón que fía
el lirio de su mano a la extensión.

El dulce niño pone el sentimiento
y el contento en la pompa de jabón.

Yo pongo el corazón -¡pongo el lamento!
entre la pompa de ilusión del día,
en la mentira azul de la extensión.

El dulce niño pone el sentimiento
y el contento. Yo pongo el corazón...

ELEGÍA DE SEPTIEMBRE

Cordero tranquilo, cordero que paces
tu grama y ajustas tu ser a la eterna armonía:
hundiendo en el lodo las plantas fugaces
huí de mis campos feraces un día...

Ruiseñor de la selva encantada
que preludias el orto abrileño:
a pesar de la fúnebre muerte, y la sombra, y la nada,
yo tuve el ensueño.

Sendero que vas del alcor campesino
a perderte en la azul lontananza:
los dioses me han hecho un regalo divino:
la ardiente esperanza.

Espiga que mecen los vientos, espiga
que conjuntas el trigo dorado:
al influjo de soplos violentos,
en las noches de amor, he temblado.

Montaña que el sol transfigura.
Tabor al febril mediodía,
silente deidad en la noche estelífera y pura:
¡nadie supo en la tierra sombría

mi dolor, mi temblor, mi pavura!
Y vosotros, rosal florecido,
lebreles sin amo, luceros, crepúsculos,
escuchadme esta cosa tremenda: ¡He Vivido!

He vivido con alma, con sangre, con nervios,
con músculos, y voy al olvido...

sábado, 26 de mayo de 2012

CECILIA

Como el cuarzo hialino
es su mirada.
Transparente como el niño
es mi amada.

Ella es una gerifalte
en su accionar,
como engalla el vate
su poema de la mar.

Le estorba el garrulo
como al sueño.
Y en la amanecida

el aroma del enebro
le envicia.
Así es ella: Cecilia.

20 de febrero de 1991

SENDEROS PRIMAVERALES

  Fuente Escondida Iba recorriendo senderos primaverales una tarde florida… Cuando en una fuente escondida hallé, en ensortijados de e...