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sábado, 26 de marzo de 2011

SABER ESPERAR


Ese recorrido de vida que se tiene que agotar
En el diario vivir, para alcanzar las arduas metas;
Es un ritual, en donde el hombre aprende a flotar,
Tanto, como en el desaforado juego de ruleta.

¿Cuántas veces se gana y en cuántas veces se pierde?
Ahí está la clave, en el trasegar permanente.
Hay un tiempo para retroceder como ganapierde,
Para arrebatar el triunfo como meta inminente.

Así son las cosas para alcanzar las experiencias.
¡No son a pedir de boca!, se tiene que hacer esfuerzo.
¡Eso es lo bueno de la vida! Puros gananciales

Lejos, pero muy lejos, de las espurias apariencias.
Aquel que se declara ganador, actúa confuerzo,
Obteniendo cada día, muchos triunfos sustanciales.

Medellín, 9 de marzo de 2010

sábado, 12 de marzo de 2011

ISMAEL ENRIQUE ARCINIEGAS


Nace en Curití (Santander) en 1865 y muere en Bogotá en 1938.
Diplomático, escritor, periodista y poeta. Estudió en el seminario conciliar de la capital, y en la universidad católica estudió jurisprudencia, graduándose como abogado.
En su natal Santander fundó el periódico El Impulso (1887); y fue director de La República y El Eco. Dueño de El Nuevo Tiempo desde el cual desarrolló su labor periodística durante aproximadamente treinta años.
Secretario del Concejo Municipal de Bucaramanga, diputado a asambleas departamentales, concejal de Bogotá, representante a la Cámara, Ministro de Correos y Telégrafos en la presidencia de Miguel Abadía Méndez, inspector de cedulación en Boyacá. Coronel en la guerra civil de 1895. Como diplomático representó a Colombia en Caracas, en Chile, en París, en Ecuador y en Panamá.
En 1989 fue profesor de la escuela de artes y oficios de Bucaramanga y director de instrucción pública.
Publicó: En Caracas, su primer libro de versos en 1897; en Bogotá, cien poesías en 1911; en París, traducciones poéticas en 1926; en Quito, antología poética en 1932; también se distinguió por sus múltiples traducciones del francés.
De su basta obra podemos mencionar los siguientes poemas: A Solas, Inmortalidad, El Trapiche, Fugitiva, El poeta Bohemio, Romanza antigua, Paisaje, La Balada del Regreso, Noche de invierno, La Canción del Otoño, Su Corsé, El Baño, El Virrey

SU CORSÉ

Corrido el cortinaje,
desde el balcón de enfrente vi su cuarto,
el cuarto de la virgen, que mi sueño
arrulla en las mañanas con su canto.

Jarrones de Sajonia descansaban
sobre consola de bruñido mármol;
y del sol que moría
sus postrimeros rayos
hacían resaltar en la penumbra
las doradas molduras de los cuadros,
las lámparas de bronce,
los ricos muebles de nogal tallado,
y sobre el muro de color de oro
los brillantes espejos venecianos.

Y en un rojo sillón, que parecía
a su dueña esperar medio borrado
por la naciente sombra,
se veía un corsé de blanco raso.

Y pensé entonces en las frentes pálidas,
y en los risueños labios,
en los azules ojos
y en los cabellos áureos,
en las cinturas breves
y en los ebúrneos brazos;
en el velo flotante de las novias
y de las niñas en los sueños castos,
en las vírgenes carnes sonrosadas
y en los púdicos senos de alabastro.

¡Quién fuera su corsé, me dije entonces,
quién fuera su corsé de blanco raso,
para saber si late,
si late aún su corazón ingrato!

sábado, 5 de marzo de 2011

AQUELLA CUITA


Aquella cuita que acongojó mi alma
dejando estela de angustia permanente;
no se quita, ni aún, con la tranquila calma,
sino que me sumerge en un dolor ardiente.

Es un éxtasis pasionario de dolor.
Un delirio que no sabría describirlo.
Un embeleso que debería ser amor
y un arrebato imposible de vivirlo.

¡Qué pesadumbre tenerla que llevar
con tanto peso en mi atribulado ser!
¿Por qué... por qué... solevar
cambiando este infortunio es mi deber?.

¿Cuántas veces elevé mi espíritu
a lo mas profundo de lo eterno,
y he de volver a caer en in situ,
en aquel mal codiciado averno?

Nadie ha de compadecerse conmigo
en este infortunio estado desventurado.
Yo a mi ser lo sacudo, castigo y obligo
a mudar el temperamento pesado.

Es que... Oh júbilo, oh alborozo;
entretenimiento de par en par.
A la melancolía le causas destrozo
y a la nostalgia obligas a escapar.

Se empieza a vislumbrar el goce
que la alegría a la nostalgia quita
y el placer a la felicidad hace roce,
dejando para usanza aquella cuita.

Medellín, 14 de mayo de 2008

viernes, 18 de febrero de 2011

EDUARDO CASTILLO


En 1889 nace en Zipaquirá y fallece en 1938 en Bogotá. Poeta, publicista, traductor, narrador y periodista cultural colombiano.
Como poeta, tuvo gran influencia en la poesía de su tiempo, bordeando el erotismo y el misticismo. Entre sus poemas están: A una novia de ayer; Diafanidad; Canto a mi mismo; Dualidad; Plenitud; A un pastor de almas; Letanías a Satán; El Hermafrodita; etc.
Como traductor, lo hizo con poemas portugueses, Franceses, Ingleses, Italianos. Escribió sobre otros autores como Oscar Wilde, Amado Nervo, José Eustasio Rivera, Edgar Poe, Baudelaire, Varlaine, León de Greiff, etc.
Como periodista, colaboro en la revista Cromos por más de veinte años; dirigió El Nuevo Tiempo Literario y Lecturas Dominicales.
En 1928 aparece en Bogotá su libro El Árbol Que Canta.

EL HERMAFRODITA

A Samaín

Cabe el sinfónico archipiélago
En donde albean como cisnes
Las islas, sueña el bello andrógino
Enguirnaldado de jazmines.

Vago sopor flota en sus ojos
-crisoberilos increíbles-
Y en su armonioso cuerpo, dúctil
Como el cuerpo de los reptiles.

Sus finos flancos y sus senos
Duros y eréctiles de virgen
Hacen pensar en besos raros
Y en himeneos imposibles.

Monstruo exquisito y sobrehumano
De sangre azul y gracia insigne,
Nació en los cielos superiores
De los arquetipos sutiles.

Perverso hechizo decadente
Hay en sus labios que sonríen
Ambiguos, con sonrisa hermana
De la fatal noche sin límites.

Y en sus cabellos, semejantes
A los racimos de las vides,
Y en su cuerpo de gracia equívoca,
Sus oros trémulos deslíe,

El resplandor del sol pagano,
Que lo engendró, radioso y triste,
De tu espuma de oro, belleza,
Superaguda e inasible.

sábado, 12 de febrero de 2011

HACIA EL INFINITO


Cada paso que damos
Cada pensamiento que llega
Cada postura que adoptamos
Cada decisión que se pliega
Va avanzando, lentamente…
Hacia el infinito.

Medellín, 25 de enero de 2011

sábado, 29 de enero de 2011

DANIEL ARIAS ARGAEZ


En Bogotá Nace y muere Daniel Arias Argáez (1869 – 1951)
Abogado, parlamentario, periodista, académico, diplomático, historiador, novelista, traductor. Sus libros de versos: Un haz de sonetos (1929); El presidente Sande -romance histórico- (1936) y Alas de mariposa. Entre sus obras en prosa más destacadas: Silva íntimo, Cincuentenario de la muerte de Silva y La última noche de Silva.
De Poesía exquisita de espíritu selecto con gracia y elegancia. Amante de la naturaleza y el arte. Confíteor es una muestra de su calidad poética:

CONFITEOR

Adiós te dije, y en mi vida errante
a muchas quiso mi alma arrebatada:
a las más con fulgor de llamarada,
casi a ninguna con pasión constante.

En toda nueva lid hallé al instante
siempre algo tuyo en la mujer amada:
un ademán, un gesto, una mirada,
una línea fugaz de tu semblante.

Ya cansado de todo he comprendido
que sin pensarlo perseguí tus huellas,
y si arrojé tu imagen al olvido

y ornaron mis altares otras bellas,
hoy comprendo también que te he querido
a ti sola, a través de todas ellas.

sábado, 22 de enero de 2011

EN OTRA


Esos ojos que hablan...
Y se salen de sus órbitas,
insinúan que aman
en silencio y a solas.

Me estremece el fondo
de mi ser intranquilo
que te quiere tan hondo
aún en tu amor huidizo.

¡Hay! y albergo tristeza
de no ser tuyo al fin.
Se que no es tu entereza

quererme por fin.
Siento inmensa derrota,
pues no hallo reemplazo en otra.

18 de febrero de 1990

SENDEROS PRIMAVERALES

  Fuente Escondida Iba recorriendo senderos primaverales una tarde florida… Cuando en una fuente escondida hallé, en ensortijados de e...