LLUVIAS PRIMAVERALES

Este soneto está basado

en el relato de Ivan Turgueniev:

LLUVIAS PRIMAVERALES.

Eres damisela dehiscente [1] del cencido [2].

Eso eres tú; lindeza de pubertad Gemma.

Sólo mirando a tus ojos y a tu rostro quema

enamorado humilde, corazón enloquecido.

Me batí en duelo con quien te causó ofensa.

Dejé huella, y me dispuse cultivar el erial [3].

Más luego, admití beber el encantado grial [4]

que María Nikoláievna en atracción despensa

y olvidé de tí, promesas esponsales.

Dejé de María... el amor encenegarse [5].

y con avidez, me condujo aborregarme [6].

Años han pasado y ya ni ella ni tú están.

Quedé de ambas como desahuciado patán,

sólo reflexionando, en lluvias primaverales.

26 de mayo de 2008

[1] adj. Bot. Dicho de un fruto: Cuyo pericarpio se abre naturalmente para que salga la semilla.

[2] adj. Dicho de la hierba, de una dehesa o de un terreno: Que aún no ha sido hollado.

[3] adj. Dicho de una tierra o un campo: Sin cultivar ni labrar. U. m. s. m.

[4] m. Vaso o pláto místico, que en los libros de caballería se supone haber servido para la institución del sacramento eucarístico.

[5]prnl. Meterse en el cieno.

[6] f. que se somete gregaria o dócilmente a la voluntad ajena.

AL CORAZON FECUNDA

Aplicación de Anáfora:

Consiste en repetir la misma palabra o frase

al principio de cada miembro o período.

Camino entre las flores oliendo sus fragancias.

Camino, entre ellas, merodeando de placer.
Camino, entre jardines, que interiores sacias,
ungiendo los espíritus de nuevo amanecer.

Instante sin igual de manso adormecimiento.

Instante sin igual de afable espontaneidad.
Instante sin igual de fastuoso fascinamiento
olfatear el aire con aromas de ebriedad.

Me jacto por el baño del bálsamo que inunda.

Me jacto de alegria perfumando todo ser.
Me jacto observando y oliendo aquellas flores

que otrora recordara la amada de mi querer,

haciéndose espontánea como las milamores,
embriagando momentos que al corazón fecunda.

16 de mayo de 2007

ENCUMBRARNOS A TRIUNFAR

Es como cuando
nos elodamos en el paular
y adosados a nuestra causa
nos fijamos a ella como el percebe [1]

No habrá mando ni nada que hablar
que nos obliguen hacer la pausa,
pues la batalla es bella
y el triunfo nunca es plebe.

¿Qué es mejor, dejarnos apagar
o encumbrarnos a triunfar?


3 de novembre de 2005




[1] m. Crustáceo cirrópodo, que tiene un caparazón compuesto de cinco piezas
y un pedúnculo carnoso con el cual se adhiere a los peñascos de las costas.

ABRAZAME

Amada mía, abrázame en tu regazo,

quiero sentir el tic tac de tu corazón;

desplegar las velas de mi pasión

embriagándome con el fuego de tu solazo.

Ah... ¡Que alegría! Sentirte mía

después de tantos años de convivir.

Esto se llama edad de bienvivir

por eso mi canto es de aljamía.

Cada día te observo más y más...

Engolosinándome con tu embarnecer

que al agarrarte me hace enloquecer,

sintiendo un cuerpo fuerte por doquier

con belleza ya y con ternura quier

pues nunca tu delicadeza es demás.

14 de enero de 2006

AMADA

Cumpleaños de mi esposa

Marta Cecilia Arango.

¡Ah!... Cómo no amarte intensamente

sí eres algo más:

Que las cuerdas que vibran

en mi ser cada mañana.

30 de agosto de 2009

HOSPITALIDAD

Agradecimiento a OLga Cecilia Restrepo Mejía,

por las atenciones recibidas en mi corta estadía

en su hogar en Buenos Aires Argentina.

Su hospitalidad

es como su esencia:

Toda primavera.

4 de octubre de 2009

FABULA

El gañan y la yunta y media

Erase una vez

un mozo bonachón,

venido a menos tal vez,

por abandonar la sumisión

dada aprentemente

a entender

en actuar manso, sumiso,

obediente y fiel.

Tránsfuga en su estadía;

recorriendo sitios,

sin rosa de los vientos que lo guíe;

viene y va; va y viene,

merodeando al acecho

para atrapar alguna presa

que mitigue su apetito

de dar en la cabeza.

La suerte le acompaña

y ¡Uf!, sin querer, la encuentra.

halla una covacha

no de dañinos animales

sino de dóciles y bien enrazados

bueyes recentales

oreando los verdes pastizales

que un día hartarán.

Se incia la epopeya...

La caza del buey mayor.

Lo acecha fuera de la madriguera

y lo recoge con sin igual desvelo.

Ofrece dádivas desmesuradas,

pintándole frondosas praderas

en donde la manada

hará su agosto en las primaveras.

Surte efecto el despropósito.

Y como al roedor,

queso en la trampa está.

El buey se lame por entero

para engullirse semejante queso,

y sin consultar ¡Upa! pa'dentro va

y el acto de epopeya

ha terminado ya.

Se asocian.

Qué dádiva tan frondosa

colocó en la puerta de la covacha,

que sin decir "mu"

los bueyes recentales

creyeron en la oferta

y siguieron al buey macho

en semejante odisea.

Aquel mozo bonachón

no era tal.

Sino que era un gañán

que estaba a la búsqueda

de yuntas para arar

una extensión erial

que daría riqueza a él

y no a los demás.

El buey mayor descubrió,

que él era la media yunta

que al gañan le faltaba

para aparear la faena.

Como el rústico bribón

sin argumentos quedó

para enganchar al buey mayor

lanza en ristre lo lanzó.

Moraleja:

Dócil y sumiso en la búsqueda.

Solucionado,

negligencia, apatía, desgano y abandono.

20 de agosto de 2005